La posguerra de 'Nada' conquista el teatro

Agencias
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El Centro Dramático Nacional representa por primera vez la emblemática obra de Carmen Laforet en el María Guerrero

La función puede disfrutarse hasta el próximo 22 de diciembre. - Foto: E.P.

Asfixiante, cruda y dinámica. Así es Nada, la emblemática obra de Carmen Laforet sobre la posguerra española, que subirá hoy, por primera vez, al escenario del María Guerrero de Madrid. La pieza representada por el Centro Dramático Nacional destaca el ímpetu de la juventud en el mundo decadente de los adultos durante los primeros años del franquismo.

La producción se sitúa en la Barcelona de septiembre de 1939. Andrea, una joven de 18 años, después de la Guerra Civil española, como muchísimas familias, se ve condenada a una destrucción moral y física devastadora.

Cuando Andrea llega a la casa familiar para estudiar su primer año de universidad ya nada se parece al ambiente cálido y alegre que ella conoció de pequeña. Viven inmersos en un ambiente de tensión permanente y atmósfera irrespirable. La familia ha perdido su propio relato.

«He puesto el foco en el grito generacional de esos jóvenes rebeldes e independientes que luchan por salir adelante de un conflicto que dejó a la Ciudad Condal en la precariedad», explica la directora Beatriz Jaén, que considera esta obra como una de las cimas narrativas del siglo XX.

«Es una pieza perturbadora y oscura, nada complaciente; pero, a la vez, desborda pasión y coraje», añade, que alaba «la escritura minuciosa» de una joven Laforet que describe la angustia existencial de esos años de posguerra a través de Andrea y de su amistad con Ena.

Joan Yago, responsable de la adaptación de la novela de Laforet, ha puesto su esfuerzo en que «quien no haya leído el texto tenga una experiencia cercana a la de leer la novela y salga de allí con ganas de decir «me voy a comprar el libro», y que quien conozca la historia «reconozca en esta pieza una experiencia muy cercana a la que tuvo cuando la leyó».

La función, que dura tres horas, habla de libertad y del trauma de hacerse mayor. «Es el desencanto de la adultez», afirma Yago, que recuerda que la producción recoge un tipo de violencia, y muestra las distintas clases sociales y paisajes evocadores.

La obra está interpretada por Carmen Barrantes, Jordan Blasco, Pau Escobar, Laura Ferrer, Manuel Minaya, Amparo Pamplona, Júlia Roch, Julia Rubio y Andrea Soto.