La gran dama del crimen pegada a una pipa

Sagrario Ortega (EFE)
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La leyenda de Margarita Landi, la primera cronista de sucesos de España, cobra de nuevo vida con la publicación de un libro biográfico en el 20 aniversario de su fallecimiento

La inconfundible reportera se granjeó una excelente reputación entre sus compañeros y los profesionales de la Policía. - Foto: EFE

Rigurosa, empática, profesional, valiente, libre, leal y feminista y siempre pegada a su inolvidable pipa de tabaco. Así era Margarita Landi, la primera mujer en España cronista de sucesos, la rubia del velo y la pistola que han retratado Javier Velasco Oliaga y Maudy Ventosa en un libro que ya está a la venta.

En coincidencia con el 20 aniversario de la muerte de la dama del crimen, la rubia del deportivo o el subinspector Pedrito, como la conocían los agentes de la Brigada de Investigación Criminal (BIC), Alianza Editorial ha publicado Margarita Landi. La rubia del velo y la pistola.

Se trata de una original biografía de 64 pequeños capítulos para conocer la vida de una periodista que durante 25 años trabajó en El Caso, el más legendario diario español especializado en sucesos, y casi 10 en la revista Interviú.

Fue Velasco quien hace tres años, en una visita a su amigo Joaquín Abad, uno de los directores del periódico de sucesos, se quedó sorprendido del amplio volumen de crónicas que había escrito Margarita Landi, de cuya vida personal, sin embargo, se sabía bien poco.

Contactó con las nietas de la cronista- una vive en un pueblo cercano Gijón y la otra en Inglaterra-, que le cedieron el archivo de su abuela, y después le propuso a Maudy Ventosa compartir el proyecto de esta biografía.

Ventosa reconoce que al principio fue un poco reacia a esa idea, porque de entrada no le apetecía el personaje de Landi que ella recordaba: el de sus últimos años en la televisión. «No me gustaba en absoluto, pero a medida que investigaba y buceaba en su vida, me fue atrapando». «Parece mentira que a una persona le puedan suceder tantas cosas y sea capaz de tirar para adelante con todo», apostilla.

En algo más de 400 páginas y a modo de diálogos en primera persona, los autores han querido que fuera la propia Landi la que hiciera ese recorrido por su vida y sus crónicas a través de las conversaciones con un fotógrafo del diario.

Landi comenzó en el periodismo escribiendo crónicas de la alta sociedad. La casualidad hizo que tuviera que redactar un robo en la casa de un marqués y ese texto lo leyó Eugenio Suárez, director en 1952 de El Caso.

Suárez vio que Landi tenía «mano para escribir sucesos» y la fichó. La periodista, la única mujer durante años que escribía crónica de sucesos, seguía trabajando en la revista de moda por la mañana y por la tarde aprendía todos los entresijos del crimen en la BIC.

Hasta el fondo del asunto

Viajaba en tren, en autobús, en moto de paquete si alguien la llevaba hasta el escenario del crimen, e, incluso, en burro. Lo que hiciera falta para llegar hasta el lugar y escribir las mejores crónicas, las que despertaron entre sus compañeros algunas «envidias» pero, sobre todo, mucho respeto.

En su bolso siempre llevaba una pistola, por si acaso, y un velo. Este último, para entrar en los funerales de las víctimas como muestra de respeto a las familias.

Landi decía que reconstruir un crimen era como hacer un puzzle e ir encajando todas las piezas, pero también que había que llegar hasta el «corazón», hasta los motivos que llevaban a alguien a matar. 

Margarita Landi fue un ejemplo para muchas mujeres que llegaron después, hizo lo que nadie se atrevía hacer en el momento que le tocó vivir, fue una mujer libre y tomó decisiones desde muy joven que otras personas no se hubieran atrevido.