La gratuidad del permiso de caza y pesca duplica las licencias

S.J.
-

En el año 2022 había 7.032 personas con documentación en vigor; en 2024 ascendieron hasta las 15.904 activas como consecuencia de la Ley de Medidas de 2022

La gratuidad del permiso de caza y pesca duplica las licencias - Foto: MANU REINA

La provincia de Ávila se caracteriza por su marcado carácter rural, lo que la convierte en uno de los territorios de la llamada España Vaciada. Desde tiempos inmemoriales, sus gentes han estado estrechamente relacionadas con el campo, de donde se abastecían para su supervivencia, bien a través de la agricultura y la ganadería o bien mediante la caza y la pesca. Unas prácticas que, en pleno siglo XXI, siguen vigentes tanto para el autoabastecimiento como por entretenimiento.

La Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, se encarga del control de las licencias de ambos sectores en todo el territorio de la Comunidad. Unos datos que, en lo referente a Ávila, reflejan una realidad llamativa. Entre 2020 y 2022, hubo una gran estabilidad en cuanto a la expedición del número de licencias tanto de caza como de pesca. Así las cosas, la evolución en esos años, en materia de caza, fue la siguiente: 4.190 (2020), 4.118 (2021) y 4.179 (2022). En 2023 hubo un importante incremento hasta alcanzar las 5.255 licencias en vigor. Una tendencia al alza que, sin embargo, no tuvo continuidad en 2024, sino todo lo contrario, ya que el año pasado solo se expidieron 1.057 licencias de caza en la provincia abulense.

Y lo mismo ocurre con la pesca. Entre 2020 y 2022 reinó la estabilidad en cuanto al número de permisos expedidos (3.078 en 2020, 3.101 en 2021 y 2.853 en 2022). No obstante, en 2023 se produjo un enorme incremento hasta alcanzar superar las 7.000 licencias (7.102, más que la suma de los años 2020 y 2021). Pero el año pasado, al igual que en el caso de la caza, se produjo un tremendo desplome (del 285%), registrándose únicamente 2.490 permisos en 2024.

Una situación que también se refleja en la diferenciación por sexos. Llama mucho la atención que el año pasado no se expidiera ninguna licencia femenina (ni de caza ni de pesca) en nuestro territorio. Algo que contrasta con los cuatro años anteriores. Entre 2020 y 2024 había una media de 16 cazadoras con licencia en Ávila (18 en 2020, 20, en 2021, 17 en 2022 y 10 en 2023), mientras que la media de pescadoras, en ese mismo periodo era de 66, con una clara línea ascendente (43 en 2020, 68 en 2021, 69 en 2022 y 82 en 2023). Por tanto, ¿cuál es la explicación de este súbito cambio en los dos últimos años?

Esta es muy sencilla. En el año 2022, la Junta de Castilla y León aprobó el decreto-ley 2/2022 por el que se adoptaban las medidas urgentes para la agilización de la gestión de los fondos europeos y el impulso de la actividad económica. Una normativa, surgida para tratar de paliar los estragos producidos por la Covid, que estableció, entre otras medidas, la gratuidad de los permisos de caza y pesca y su vigencia por un periodo de cinco años. «A finales de 2022 pusimos un procedimiento informático automatizado que permitía renovar de oficio todas las licencias de caza y pesca que estaban vigentes y que iban a caducar a finales del año siguiente, de 2023. Corrimos el proceso automático de tal forma que aquellas licencias que estaban a punto de caducarse, las renovamos con una vigencia de cinco años. Ese es el motivo por el que se produjo el descenso evidente entre 2023 y 2024», explicó Ignacio de la Fuente, jefe del Servicio de Caza y Pesca de la Junta de Castilla y León.

Así se comprende que durante el año 2022 hubiera 7.302 personas con documentación de caza y/o pesca en vigor, por las 15.904 que tenían licencia activa en 2024. «No tenemos cazadores de nueva incorporación porque ya tienen la licencia vigente», argumentó. De este modo, dentro de un par de años, las estadísticas reflejarán un nuevo incremento en el número de permisos debido a esa renovación automática que se llevará a cabo (siempre que las personas decidan continuar con estas disciplinas, evidentemente). «Cada cinco años haremos las renovaciones automáticas si las tasas siguen siendo gratuitas», comentó De la Fuente.

Como muestran los datos del año 2023, la entrada en vigor de esta medida ha sido beneficiosa para lograr una subida del número de usuarios de caza y de pesca, principalmente por la gratuidad de las licencias. Algo que también ha animado a las mujeres a realizar esta práctica que, históricamente, siempre ha estado reservada para los hombres. «Me parece muy bien que hayan puesto la gratuidad de las licencias, porque ha multiplicado el número de practicantes después de unos años de decadencia», afirmó Montse, una de las féminas  amantes de la caza.

La caza y la pesca son dos aficiones que permiten conectar a las personas con el medio rural. No obstante, es comprensible que tengan sus detractores por el hecho que supone matar animales (en la pesca, hay cotos que no permiten la pesca con muerte) y todo lo que conllevan. Pero son dos disciplinas muy importantes para la regulación de las especies y el correcto equilibrio del medio ambiente. La clave es que exista una correcta regulación que establezca límites y acaba con ciertas prácticas abusivas, como los cazadores furtivos, pero es un tema aparte. Lo que aquí ocupa es que, aunque se ha reducido la expedición de licencias anuales, se ha incrementado el número de aficionados a la caza y la pesca como consecuencia de la Ley de Medidas de 2022. Aunque solo sea como excusa para disfrutar de nuestros ríos y montes, son dos aficiones que conviene mantener vivas.