«Me veo toda la vida cazando siempre que la salud lo permita"

S.J.
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Montse es una de las mujeres que cada vez se siente más atraídas por el mundo de la caza, en su caso, debido a la familia de su pareja, de gran tradición cazadora

«Me veo toda la vida cazando siempre que la salud lo permita"

Montse es una de las mujeres que cada vez se siente más atraídas por la caza. En su caso, la afición le surgió gracias a la familia de su pareja, de gran tradición cazadora. «Un día me fui de montería con mi suegro y, desde ese momento, decidí que también quería practicarlo. Además, ese día tuvimos mucha suerte, porque vimos mucha caza y me lo pasé en grande por el buen ambiente que había», rememora. A los pocos meses, se sacó la licencia de armas y comenzó a cazar. De eso hace ya una década y, desde entonces, se ha convertido en la gran afición de su vida.

Montse comenzó en este mundillo por curiosidad, porque le llamaba mucho la atención el hecho de que su suegro madrugase tanto los fines de semana para ir a cazar y las historias que había vivido gracias a su afición. Y ahora se ha convertido en una experta cazadora, tanto de caza mayor como menor, y recorre España y el mundo para practicar su afición. Entre los lugares en los lugares que ha visitado para cazar se encuentran Alemania o Francia. «Me llamó mucho la atención la forma que tienen de cazar en Francia. Allí también practican monterías como en España, pero es muy diferente a la nuestra. Allí emplean ángulos de 30 grados, los puestos están muy cerca y utilizan unas normas de seguridad muy estrictas. Tanto que, si alguien las incumple, se termina la cacería», explica.

Por la zona en la que caza (los montes de Padiernos, su pueblo) y la marca de rifles con la que trabaja, principalmente practica la modalidad de caza mayor. «La caza que más practico y la que más me gusta es la mayor. Pero también he experimentado la caza menor con mi perro y me llama mucho la atención. Pero, a día de hoy, me quedo con la caza mayor, porque es la que más practico», asegura. Como suelen hacer la mayoría de los cazadores, Montse dedica las piezas que caza para el autoconsumo o para regalarlo entre sus familiares y amigos. Aquí se incluyen las piezas de caza mayor, que en su caso utiliza para elaborar embutidos.

Aún le quedan muchos años para seguir practicando la caza, una afición de la que espera disfrutar hasta que la salud se lo permita. «Me imagino cazando toda la vida y siempre que la salud me lo permita», augura. Y le haría mucha ilusión ir de caza algún día junto a su hijo, al que ya comienza a inculcarle los valores de la caza. «Me encantaría practicar caza con mi hijo, pero es una decisión que quiero que tome él. Quiero que entienda la caza desde el punto de vista que yo la veo», afirma. Para eso aún queda algún tiempo, pero lo que está claro es que, si su hijo decide seguir sus pasos, Montse estará de caza a su lado.