En una audiencia privada que se ha llevado a cabo esta mañana con motivo de los 30 años que cumple el grupo, los integrantes de la asociación que han sido recibidos por el Papa, entre los que se encontraba el alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, le han mostrado su agradecimiento por el reconocimiento otorgado al grupo con esta recepción y el apoyo mostrado por el Sumo Pontífice en una fecha tan señalada para las Ciudades Patrimonio de España, además de abogar por la dimensión humana del legado patrimonial que poseen.
En este sentido, los alcaldes y alcaldesas del grupo, que han entregado al Papa una edición exclusiva de 15 láminas con la imagen pictórica de cada una de las ciudades de esta asociación, realizada por un artista de cada uno de los enclaves, han mostrado el compromiso del grupo con la conservación y la defensa de su patrimonio material e inmaterial y su difusión internacional,
Por su parte, el papa Francisco ha pedido a las 15 Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España que sigan poniendo en valor las lecciones de historia y justicia que transmite el legado monumental, tanto en la actualidad como de cara a las generaciones futuras.
Compromiso ante el Papa de velar por el legado monumental - Foto: Vatican MediaEl Papa ha transmitido a la delegación del grupo que la custodia del legado patrimonial de las ciudades "es una gran responsabilidad, pero también una hermosa vocación" y ha señalado que el interés por el patrimonio "no puede quedarse en el ámbito artístico cultural, sino que ha de tener una perspectiva más amplia, acogiendo la integridad de la persona que recibe este legado y de los pueblos que nos lo han trasmitido".
El Papa ha hecho hincapié en el valor de "la cultura del mestizaje" como motor en la historia de las ciudades, ha recordado su condición de hijo de emigrante y ha apelado, ante el envejecimiento paulatino de la sociedad en los países europeos, a que "el emigrante sea recibido, acompañado y que sea integrado". También ha señalado que "son los sufrimientos y los
anhelos de las personas que han construido a lo largo del tiempo sus ciudades, el mestizaje de culturas y de civilizaciones que se han ido sucediendo en ellas, y como no, su fe en Dios, lo que hace latir su corazón con pasión".
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En este sentido, el Papa ha pedido que "la contemplación de los distintos monumentos permita recapacitar —tanto a quienes las habitan (las ciudades) como a los que las visitan— sobre la prudencia y la fortaleza que hizo posible su realización. Que puedan sentirse interpelados por las lecciones de justicia y templanza que cada situación histórica recoge. Hablaremos así de pueblos, de personas, de una historia que no se contempla, sino que se realiza, con un ojo en el pasado y otro en el futuro, para tener siempre las manos en el presente que nos cuestiona cada día".