"Nos llaman de lugares lejanos pero para qué ir más más lejos"

B.M
-

Carlos Sáez Izquierdo, de Hermanos Sáez Izquierdo (Langa) narra su experiencia en la localidad

"Nos llaman de lugares lejanos pero para qué ir más más lejos"

La empresa Hermanos Sáez Izquierdo se mantiene en Langa sin ningún problema, aprovechando lo bueno del boca a boca que llega cuando se hace un buen trabajo. «Trabajamos en excavaciones, hacemos obras civiles, pavimentación de calles, metemos agua y desagüe en los pueblos, de todo un poco dentro de la construcción», explica Carlos Sáez Izquierdo, un tercio de esta empresa que comparte con sus dos hermanos y donde además de toda la parte de construcción hay espacio para los trabajos agrícolas y también trabajos con motoniveladora, un servicio que han añadido recientemente.

Los hermanos son de «Langa de toda la vida» y por eso allí empezaron su negocio aprovechando que a Carlos le gustaba «mucho la maquinaria» y decidió «comprar una pala con 18 años y fue empezando con sus tíos. «Iba con ellos a trabajar y luego ya se fueron jubilando», por lo que él tomó el relevo y finalmente los hermanos se unieron a él.

Para Carlos vivir en el pueblo son todo ventajas. «Aquí se puede vivir», asegura, en su caso aprovechando que «solemos trabajar siempre en Arévalo y alrededores», lo que supone que tienen todo «a un paso. Vamos y venimos todos los días. Trabajo por la zona no falta porque siempre hay, si no es de la agricultura, es de las excavaciones, pero no hace falta desplazarse lejos y viviendo aquí llegas a un abanico amplio de sitios. Trabajar por aquí es fácil». Para ello se aprovechan de que la gente les conoce y les recomienda con el boca a boca, algo que se valora especialmente en lugares más pequeños. Y aunque también les llaman de lugares más lejanos, no utilizan esa ventana abierta porque, como él mismo dice: «Teniendo trabajo aquí, para qué ir más lejos».

El único pero que encuentran en su trabajo es toda la burocracia que está relacionada con él porque «para hacer una cosa de un minuto te piden tantos papeles como si fueras a terminar la Sagrada Familia en Barcelona». Y a eso hay que unir la responsabilidad de tener trabajadores porque «tener gente cada vez es más difícil», explica.