Crear un espacio de encuentro artístico, fomentar lugares destinados al arte urbano, promocionar a los artistas leoneses y aprender de los llegados de otros lugares e impulsar una cultura segura y para toda la familia. Son los planteamientos con los que se presenta Jam León, una iniciativa que se estrena este fin de semana impulsada por Sergio Canga y Raquel Moledo.
Las antiguas instalaciones de Forjados Rubiera, en la carretera de Asturias, donde ahora se proyecta una planta de reciclaje, aporta el primer espacio elegido para llevar a cabo la primera edición de esta iniciativa cultural urbana que nace con clara vocación de continuidad y que ha podido hacerse realidad gracias a varios patrocinios y a la cesión de un recinto abandonado hace años y habitado desde entonces únicamente por plásticos, cables y materiales de construcción que en buena parte quedaron destruidos en un incendio registrado en 2018.
Estos días, tras las correspondientes labores del limpieza y retirada de residuos, la vieja fábrica se transforma en un gran escaparate, punto y puente de diversas modalidades artísticas, en la que el grafiti y el muralismo y la música cobran especial protagonismo, con más de 48 asistentes en el primer caso y 18 en el segundo.
Este fuero efímero de arte urbano quiere asentarse en León como una experiencia anual, que se inspira en otras propuestas como el festival Doña Jam Huelva, en Matalascañas, que cumplió su cuarta edición en 2024 como foro de «puesta en valor de manifestaciones artísticas en el espacio público y una cultura históricamente marginal que merece ser resignificada».
Como en el caso de la cita andaluza, el Jam leonés buscará una temática en cada edición y en esta ocasión es el reciclaje, dada la naturaleza del proyecto que alberga el inmueble que lo acoge.
«Teníamos la idea de unir a amigos que realizan alguna actividad artística, cantar, pintar o arte en vidrio y que no se conocen. Nos ofrecieron una nave para ensayar nuestros murales y pensamos en ir más allá. Sentía que en León no existía un lugar de encuentro tan libre; a los festivales grandes suelen acudir muralistas ya reconocidos, faltan lugares de encuentro, porque artistas hay patadas», explica Raquel e insiste en que «hay un montón de gente con proyectos e iniciativas, pero no se fomenta participar en iniciativas en tu ciudad».
También, subraya, buscan poner a León en el mundo del grafiti, el mundo que ella y Sergio comparten. «Queremos dar visibilidad a los pequeños artistas que no son conocidos por circunstancias, pero no por falta de calidad», remarca. Participantes procedentes de Madrid, Zamora, Asturias, Huelva, Valladolid, Barcelona o Aranda de Duero (Burgos) exhiben sus talentos en esta propuesta que en su arranque ha logrado implicar a profesionales de distintos ámbitos que han aportado su trabajo de manera altruista y a varios patrocinadores que han otorgado su confianza a los organizadores. De manera especial, mencionan el respaldo y la labor de coorganización de la asociación medioambiental Biodevas (Oviedo).
Público.
El I Jam León apuesta por diversificar y atraer a público de todas las edades y condición. Por eso, su programación de actuaciones, arte y artesanía en vivo y mercadillos se complementa con talleres en colaboración con Asprona y Aspace León.
«Queremos que exista una continuidad, por la participación que hemos conseguido. Nos gustaría que el Ayuntamiento nos ayudara porque no llegamos a abastecer todas las necesidades que tenemos», señala Raquel y explica que ya se han mantenido los primeros contactos para conseguir que la siguiente convocatoria cuente con el apoyo del Consistorio. Sergio reconoce que han superado sus mejores expectativas y tras una evaluación sobre diversos aspectos del evento comenzarán a idear ya la próxima edición.