101 años que dan para mucho

M.E
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Extremeño de nacimiento y residente en El Barco de Ávila, Lorenzo Modesto Gutiérrez Gómez celebró su cumpleaños junto a su familia

101 años que dan para mucho

HAY vidas cortas que dan para mucho y vidas largas no tan bien aprovechadas, pero en este caso hablamos de una vida generosa de lo más intensa y fructífera. Lorenzo Modesto Gutiérrez Gómez, nacido en Baños de Montemayor y residente en El Barco de Ávila, celebró hace unos días su 101 cumpleaños en compañía de su hijo, nueras, nietos y biznietos, una celebración especial que su familia no quiso dejar pasar sin felicitar públicamente a un hombre hábil e inteligente que hizo de El Barco  de Ávila su hogar, eso sí, manteniendo  su amor por su pueblo y su orgullo de extremeño.  

Era el mayor de los hermanos y con 8 años se quedó huérfano de padre, así que siendo un niño empezó a trabajar en el hotel-balneario de su pueblo. Fue el inicio de una vida laboral de lo más completa que incluyó numerosos oficios y ocupaciones, algunos de ellos ya en tierras abulenses. Fue camarero, hizo toneles, tuvo un taller de reparación de motos y una extensión de una empresa de autoescuelas y fue gestor de seguros. A El Barco de Ávila llegó joven con su plaza de factor de la Renfe, ya que aunque no había tren se llevaban y traían mercancías en camiones entre la oficina del pueblo y Béjar. Nos lo cuenta su nuera, Pilar, quien también apunta que fue concejal de la localidad barcense y montó la tienda de electrodomésticos RadioTelevisión Gutiérrez, que luego heredarían sus hijos. «Es muy trabajador y muy manitas, siempre se le dieron bien los oficios», señala.

Su pasión por aprender y su inquietud se refleja en el hecho de que haya escrito dos volúmenes con sus memorias que se encargó de encuadernar él mismo, todo un tesoro de recuerdos para un hombre que también formó una gran familia. Se casó con Juliana, una hija de emigrantes a la que conoció ya como residente en Ledrada (Salamanca) y que ya falleció. Junto a ella tuvo dos hijos, Fermín, ya fallecido, y Miguel, y con el tiempo cinco nietos y siete biznietos. En su tiempo libre le gustaba ir al campo, a su molino en La Aliseda, donde «no paraba de hacer cosas», y tampoco faltó a su cita con Baños de Montemayor hasta que le fue posible.

No ha tenido que lidiar con grandes enfermedades y en general hoy se encuentra bien de salud, aunque ya tiene problemas de movilidad y desde hace meses va en silla de ruedas. Vive con su hijo y su nuera desde hace tres años en El Barco pero «de cabeza está fenomenal, incluso me suele recordar cosas», apunta Pilar, quien tampoco se olvida de recalcar que es fiel suscriptor y lector de Diario de Ávila, especialmente de los artículos de la comarca del Tormes. Si Lorenzo Modesto Gutiérrez Gómez está leyendo estas líneas solo podemos sumarnos a la cariñosa felicitación de su familia y desearle lo mejor para esta próxima vuelta al sol, y para las que le queden.