Pablo Serrano

CARTA DEL DIRECTOR

Pablo Serrano


Inmovilismo

14/04/2024

La capacidad de reacción en estos tiempos cotiza al alza. Quizás porque el inmovilismo va asociado a la condición humana, al menos en el antiguo continente. Y apunto a que es un signo europeo porque hace unos días acudí a la presentación de un nuevo concesionario de automóviles en Ávila de una marca china, que una de sus señas de identidad es la inmediata adaptación a lo que el mercado pide en el menor tiempo posible, y lo sorprendente es que lo cumplen. Así que, quizás, los chinos están hechos de otra pasta. Pero aquí somos europeos, y el conservadurismo es un rasgo inequívoco. 
Llevamos un año de mandato, y en el Ayuntamiento de Ávila nadie se ha movido de su razonable margen. Ni los que aparentan dar más pasos, ni los que parecen estar diciendo siempre lo mismo. Ni los que amagan una y otra vez, ni los que cambian veinte veces de discurso desconcertando a cualquiera. ¿Alguien ve alguna evolución en los discursos de hace un año? ¿Realmente es esto lo que votaron los abulenses?
Esta situación no justifica ni un discurso ni otro, ni el de más allá. En todos ellos se percibe cierto tufillo corporativista y cualquier parecido a un acercamiento no es sino un espejismo. Incomprensible.
He visto en estos meses antiguos compañeros de corporación, y rivales políticos que se lanzaban afilados cuchillos en el debate que mantienen ahora una relación cordial y entablan conversaciones con naturalidad. Así que, dos cosas: o todo esto es un teatro en el que no se miran las consecuencias ni las desagradables sensaciones que alimentan, o es que la cosa se está torciendo más de lo normal y ahora ya solo cabe esperar a que las ramas se resquebrajen y caigan los actores, o ver si alguna soporta el peso y se erige algún ganador.
Esto de la política es tan inaudito que cualquier cosa puede pasar, lo vemos en la política nacional, y un giro provocado por acontecimientos inesperados o previsibles puede crear una nueva situación de repente, porque como decía el viernes el psiquiatra Enrique Rojas ante un nutrido auditorio abulense, todo va demasiado deprisa, y esto provoca una crisis de valores en la que nos encontramos inmersos.
Pero bueno, no hay mal que cien años dure, dice la sabiduría popular, y siempre hay posibilidades de que las cosas mejoren. O, por el contrario, como dice la Ley de Murphy, si algo puede empeorar, lo hará. 
Confiemos en los instantes de lucidez, porque lo otro agota a cualquiera.