El Espanyol, con goles de Sergi Darder y Nico Melamed, uno en cada parte, logró una victoria (1-2) que le mantiene con vida a falta de tres jornadas para concluir el campeonato liguero y despierta del sueño europeo al Rayo, que se aleja de la séptima plaza con su segunda derrota de la semana.
Con dos realidades totalmente opuestas saltaron al césped Rayo Vallecano y Espanyol, dos equipos con propuestas de fútbol diferentes y que ofrecieron un espectáculo de juego vibrante acorde a la intensidad que tuvieron que imprimir en busca de sus respectivos objetivos, Europa y salvación.
El que primero avisó fue el conjunto catalán a los catorce minutos con un disparo de Joselu que despejó de puños Stole Dimitrievski y que encontró réplica, poco después, en la otra área, con un lanzamiento de Raúl de Tomás algo escorado que sacó perfectamente Fernando Pacheco.
La igualdad reinante se rompió a los 23 minutos cuando el Espanyol se adelantó en el marcador con un gol del capitán Sergi Darder, que se encontró el balón dentro del área tras un centro de cabeza de Oscar Gil y lanzó un disparo cruzado que se alojó por el lado derecho del portero macedonio.
El equipo madrileño, que notó el golpe durante unos minutos, supo recomponerse y arriesgó en su juego buscando la portería rival, que logró perforar antes del descanso con un penalti. Oscar Gil, en una jugada con Oscar Trejo, tocó el balón con una mano y el colegiado decretó la pena máxima. Raúl de Tomás, desde los once metros, igualó el marcador y no celebró el tanto por respeto a su pasado perico.
El equipo catalán, lejos de hundirse, siguió confiando en su juego y, nada más comenzar la segunda mitad, se encomendó a Nico Melamed, que probó en dos ocasiones, con un remate lejano y un cabezazo, a Dimitrievski, antes de marcar. Lo hizo tras una buena jugada de Darder que terminó con un disparo al poste derecho y cuyo rechace se lo encontró, solo para empujar, el delantero blanquiazul.
Con ventaja en el marcador, el Espanyol tuvo que cambiar por completo su estrategia para pasar a defender el asedio del Rayo, que durante más de media hora buscó por todos los medios igualar la contienda. De hecho, hasta el central francés Florian Lejeune acabó jugando de delantero los últimos compases del duelo.
El marcador no se movió porque el conjunto catalán supo defender con autoridad e incluso en jugadas rápidas metió el miedo en el cuerpo al equipo madrileño, que, acuciado por las prisas, cometió demasiados errores en circulación que le penalizaron.
La victoria permite al equipo catalán sumar 34 puntos y, aunque sigue en descenso, se queda a uno de la salvación a falta de tres jornadas. El Rayo, por su parte, se queda con 46, a cuatro de los 50 que marca la séptima plaza que da acceso a la zona europea.