El dorsal '10' posee la magia que le han ido confiriendo decenas y decenas de figuras a lo largo de la historia (Pelé, Maradona y Messi a la cabeza) y suele apuntar a la figura más visible de un equipo… pero se da la paradoja de que Dani Olmo es una especie de figura oculta, un muchacho de trayectoria 'escondida' (siempre lejos de nuestras fronteras) cuyas irrupciones con la selección española son las fotografías que nos recuerdan su existencia, fraguada en la clandestinidad de Croacia y en la pujanza de una Bundesliga cada vez más 'mainstream'.
Paradójicamente, Olmo es el jugador 'diez' que cada entrenador quiere en su vestuario. Tiene sacrificio, compromiso, un comportamiento ejemplar… y mucho fútbol. De la Fuente es uno de sus grandes valedores: le entregó el brazalete de capitán en la sub'21 y lo señaló como pieza clave en los Juegos, y el técnico riojano lo señala como un futbolista vital para su idea: le vale para las cuatro posiciones de ataque (tres medias puntas, por fuera o por dentro, e incluso de 'falso nueve'). Y tiene gol, una bendición en competiciones cortas como la Eurocopa, habitualmente sentenciada con marcadores exiguos.
Hay que determinar su estado físico, ya que terminó 'tocado' la temporada. Llegó a la última concentración con molestias y el seleccionador prefirió preservarlo: ha sido el único futbolista de campo que no participó en ninguno de los dos amistosos preparatorios, ni ante Andorra (ni tan siquiera viajó a Badajoz: se quedó en Las Rozas realizando trabajo específico junto a Rodri) ni frente a Irlanda del Norte.
Éxito y lesiones
Su temporada en el Leipzig ha sido convulsa. Arrancó el curso como un tiro, con dos goles y una asistencia en los tres primeros partidos de la Bundesliga… teniendo en cuenta que él solo se encargó de reventar la Supercopa de Alemania el 12 de agosto del pasado año: le marcó un 'hat trick' al Bayern de Munich. Sin embargo, las lesiones han castigado a un jugador que así como lleva fama de 'figura oculta' también lleva el cartel de 'futbolista de cristal'.
Sí en la 21/22 se perdió 19 partidos por culpa de dos roturas fibrilares y en la 22/23 subió a 20 por otra y una lesión en el ligamento interno de la rodilla, en la recién terminada 23/24 se ha perdido 29 encuentros por un problema físico en el menisco (septiembre) y una rotura de clavícula (octubre). Casi sin minutos en 2023, prácticamente todo su fútbol se ha desplegado en el presente año: 25 partidos (1.715 minutos) en los que le ha dado tiempo a meter ocho dianas y repartir cinco asistencias, sostener al Leipzig en puestos de Champions (4º) e incluso poner el Bernabéu patas arriba en dos ocasiones: un 'casi', aquel disparo en el descuento que podía llevar la eliminatoria de octavos a la prórroga… pero la pelota se estrelló en el larguero; y un golazo, el que le hizo a Brasil (2-0) en el 3-3 del amistoso de marzo.
No será fácil encontrarle encaje de entrada: el 4-2-3-1 de De la Fuente parece inamovible. Pedri (otro que llega con mucho fútbol y piernas frescas) parece el mediapunta titular, Nico Williams y Lamine Yamal vuelan en las bandas y Morata es el 'nueve' casi fijo. Sin embargo, la confianza de De la Fuente en el catalán podría reventar algunos pronósticos. Es el chico al que nadie espera pero que siempre aparece en las grandes citas. Fue el autor del primer gol de España en el Mundial de Qatar (en el 7-0 sobre Costa Rica) y espera a Croacia (y a Italia, y a Albania) con la escopeta siempre cargada, dueño de -tal vez- el mejor disparo de media distancia de la selección.