El aumento de la superficie de maíz, la caída del centeno en favor del trigo, el descenso de cultivos tradicionales como la remolacha o la patata que, sin embargo, han elevado bastante su producción, o la siembra cada vez mayor de la alfalfa son algunas de las condiciones que marcan la evolución de los cultivos en Castilla y León en los últimos 35 años, un año antes de la incorporación de España a la Unión Europea.
Durante este periodo de tiempo, en el que las ayudas de la PAC y la modernización del campo han marcado la evolución de las superficies agrícolas, se han producido numerosos cambios en los cultivos con la introducción de algunos nuevos y otros que han desaparecido, aunque en general los rendimientos han mejorado de forma considerable en prácticamente todos ellos, como recoge un informe elaborado por Asaja en León y que se puede extrapolar al resto de la Comunidad.
La evolución de los cultivos no es ajena al aumento de la superficie de regadío de la provincia y a la modernización de los regadíos. Los rendimientos se han mejorado al hacer mejor las labores debido a la mecanización, los avances en abonado y semillas, los tratamientos contra las malas hierbas y plagas y enfermedades, y por la mejor gestión del agua de riego. Si bien en algún momento de este periodo los cultivos estuvieron muy influenciados por el tipo de ayudas que percibían de la PAC, como señala el mismo estudio.
Cereales.
La mayor parte de la superficie sembrada en la Comunidad sigue siendo de cereal, aunque ha descendido en casi 400.000 hectáreas en los últimos 35 años. En 1985 se cultivaban en Castilla y León 579.632 hectáreas de trigo, 1.543.933 de cebada, 88.261 de avena y 114.408 de centeno. En la actualidad la superficie de trigo es de 801.955 hectáreas, de cebada 814.940, de avena 57.928 y de centeno 97.201.
En concreto, la cebada ha perdido mucha superficie en favor del trigo, sobre todo porque tiene un potencial de producción más alto en tierras de regadío, y se ha reducido la producción de avena y centeno que ocupaban terrenos marginales que ahora son pastizales o eriales. Pero si hay un cultivo que ha ganado potencial en estos últimos 35 años es el maíz, ya que su extensión en la Comunidad ha pasado de las 9.864 hectáreas que contabilizaba el anuario de estadística agraria del Ministerio de Agricultura a las 110.155 que se registraron durante la última campaña agrícola.
En cultivos industriales, los más destacados en el año 1985 eran la remolacha azucarera y el girasol con 100.930 y 108.882 hectáreas, respectivamente. Estas cantidades han pasado hoy en día a 21.179 y 295.819 hectáreas, mientras que otros como la colza, que ni siquiera aparece en los registros de hace 35 años, en la actualidad cuenta con más de 22.000 hectáreas.
Durante ese periodo se han producido descensos en cultivos como la patata, que ha pasado de 60.849 hectáreas a las 19.164 de la última campaña, o en los viñedos, con 88.280 hectáreas en 1935 a las 69.970 actuales.