En tan solo dos días, la ciudad vivirá de nuevo una pasión compacta. No solo por la piedra, que configura un escenario de absoluta fortaleza, sino también por su humildad y sobriedad, aunque a veces quede oculta bajo el oro y los bordados. Diez días en los que Ávila vibra al paso de nazarenos, cruces, carracas, campanas, cornetas y cirios que alumbran las imágenes que forman parte del patrimonio, no solo de las cofradías, sino también de la ciudad.
Ávila lleva tiempo anunciando que la espera se agota y que la Semana Santa es ya una realidad. No solo porque desde hace semanas haya pasos en las iglesias que poco a poco terminan de adornarse, sumado a los ensayos que llevan viéndose por las calles desde hace meses. Todo ese trabajo inmenso que realizan las cofradías, también durante todo el año, se suma a un amplio catálogo de actos que comenzaron justo hace un mes con la inauguración de la exposición "Otro Calvario". En cuatro semanas, la muestra ha superado las 7.000 visitas, convirtiéndose con ello en uno de los eventos culturales más relevantes de este primer trimestre. Ello se añade al encuentro de bandas que protagonizaron varias agrupaciones de la ciudad y de la provincia el día 10 de marzo en el Mercado Chico, congregando a un numeroso público que no dudó en desafiar al frío del final del invierno. Además de los pregones de Valladolid y de Ávila y el engalanamiento de las calles del centro, que lleva siendo una tradición desde hace ya varios años.
Con todo ello, queda claro el compromiso que la Junta de Cofradías de Semana Santa y las entidades que la componen tienen con la ciudad. Más allá de sus respectivas actividades y del día en que realizan su procesión, las cofradías apuestan por un trabajo que revierte en el bienestar de la ciudad. Se ha conseguido poner en marcha una exposición con un excepcional catálogo de piezas, acogiendo además visitas de colegios, universidades, asociaciones vecinales, organizaciones sociales y otros colectivos. Consiguiendo con ello mejorar nuestra oferta cultural y turística, que lleva años estancada y ha resultado incluso caduca.
Y esto último no se consigue con el dinero que pueden ofrecer las instituciones, aunque es evidente que es necesario. Se consigue con el esfuerzo y la dedicación de todos aquellos que creemos que Ávila merece la pena. Pero el compromiso incluye asimismo a un inmenso grupo de personas, en principio ajenas a nuestra Semana Santa, que contribuyen a su enriquecimiento. Todos los que colaboran con lo que se ha venido haciendo en estas últimas semanas saben que la ciudad lo merece y lo necesita. Desde las corales y los músicos, pasando por los transportistas, los diseñadores, los fotógrafos y otros grandes profesionales. Todos comparten la voluntad del anonimato, esencial para que Ávila siga viva. A todos ellos, muchas gracias.