Cuarenta mil menores de entre 14 y 18 años de Castilla y León, casi la mitad del total, consumen bebidas energéticas. Un porcentaje que vive un imparable aumento y que solo en dos años ha pasado del 34 al 41,6 por ciento. Monster, Red Bull, Burn o Coca Cola Energy son algunas de las marcas más conocidas de un tipo de bebida que lleva años en el punto de mira de las instituciones sanitarias por sus posibles consecuencias para la salud, sobretodo en edades tempranas, por el exceso de cafeína y azúcar que presentan estas bebidas. Galicia ha sido la encargada de abrir brecha y anunció recientemente que equiparará estos productos con el alcohol y el tabaco y prohibirá su venta a menores de edad desde el próximo año.
Tras este primer paso dado por la región vecina, Castilla y León aprovecha el rebufo y la Consejería de Sanidad no oculta que estudia la posibilidad de implantar esta medida en la Comunidad e impedir que los menores de 18 años puedan adquirir estos productos. «Esto tiene muchas componentes que es necesario estudiar bien antes de tomar una decisión», aseguró ayer el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, que reconoció que «una vez que hayamos visto todas las variables de este problema, pues estaríamos, si así lo llegamos a concretar, y estaremos dispuestos» a prohibir su venta.
Una vez que hayamos visto todas las variables de este problema, y si así lo concretamos, pues estaríamos dispuestos a ello"
Una decisión que ya ha tomado Galicia y que articulará mediante una Ley de Prevención de Adicciones en los Menores. La Xunta quiere equiparar el consumo y venta de estas bebidas al alcohol, de modo que sólo se puedan consumir y adquirir con 18 años de edad, la misma que se exige hoy en el conjunto de España para beber vino, cerveza u otro tipo de alcohol. Castilla y León no ha sido la única en pronunciarse sobre esta hipotética prohibición, y en Castilla-La Mancha también asegura que es un tema «interesante» y «a estudiar». Incluso el Gobierno de España respaldó estas medidas.
Recientemente, la Agencia Española Seguridad Alimentaria y Nutrición alertó de que un consumo «excesivo» de la cafeína –muy presente en estas bebidas– puede provocar «efectos fisiológicos como la alteración del sueño, tanto en el tiempo necesario para conciliarlo como su duración, hasta efectos psicológicos y alteración del comportamiento, así como trastornos cardiovasculares».
Más hombres que mujeres
Los datos que aporta la Encuesta sobre uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (Edades) de 2020/2021 –última publicada en la web de Castilla y León– revela que casi la mitad de los menores de entre 14 y 18 años, unos 40.000, reconoce haber consumido bebidas energéticas, al menos, una vez durante el último mes. Tasa que se encuentra ligeramente por debajo de la media nacional (45%), pero que evidencia una clara tendencia alcista que amenaza con llegar a la barrera de uno de cada dos estudiantes. En 2018, anterior oleada del estudio, la cifra era del 34,1%, casi 20 puntos menos.
El Edades evidencia las diferencias existentes entre sexos a la hora de consumir las bebidas energéticas, con un claro patrón masculino en su uso. Mientras 'solo' tres de cada diez chicas en edad escolar reconoce que recurre a estas bebidas, la tasa entre los chicos se dispara hasta el 52 por ciento, veinte puntos más. De hecho, la media entre los varones de Castilla y León supera a la estatal (50,7 por ciento).
La encuesta también alerta de que hay 13.000 menores de edad en la Comunidad que mezclan las bebidas energéticas con alcohol. Tasa que, sin embargo, se mantiene estable durante toda la década. Una práctica que los expertos alertan que multiplica los efectos de la ingesta de alcohol y eleva las posibilidad de sufrir intoxicaciones etílicas.