Miente el jefe, mienten los subordinados. El dicho de que todo lo malo se pega, en la España actual, se cumple milimétricamente. Lo más irritante es que las mentiras, las falsedades, las declaraciones con cara de póker, las hacen personajes relevantes que saben perfectamente que todo el mundo sabe que lo que cuentan es mentira. No les importa.
Además, la mayoría de las declaraciones de ministros y miembros destacados del PSOE, no son de cosecha propia, sino que se las mandan desde Moncloa o Ferrazviene escrito en los papeles o mensajes de wasap que les mandan todos los días desde Moncloa y Ferraz. Argumentarios que lo siguen al pie de la letra, sin cambiar una coma. Es la razón de que ante un hecho polémico, los ministros y capitostes socialistas digan exactamente lo mismo, incluidos los calificativos. No se salen ni un milímetro del guión de los gurús del partido y del gobierno.
Este miércoles se ha lucido Pedro Sánchez, aunque lleva ya mucho tiempo haciendo méritos para mantenerse en lo alto de la lista de mentirosos del país. Debe considerarlo un mérito. Eso sí, cuando medios de comunicación cuentan verdades como puños sobre las andanzas de su mujer, con documentos que lo demuestran, entonces salta el presidente y denuncia campañas de desprestigio perfectamente diseñadas.
Empiezan a ponerse interesante las comparecencias de la ministra Pilar Alegría para informar sobre las decisiones del Consejo de ministros. A las pocas horas de que Begoña Gómez recibiera un varapalo de la Audiencia Provincial madrileña, que ha dado luz verde al juez Peinado para que siga investigando las presuntas fechorías de la esposa presidencial, aunque deja fuera lo relacionado con la empresa Globalia, Pilar Alegría, en su entusiasmo, llegó a afirmar que estaba cerca el archivo de la causa. Mintió cuando afirmó que el Consejo de Estado había dado por buena la reforma que favorece a los etarras; mintió al asegurar que el texto ahora aprobado es idéntico al anterior, cuando en el anterior, por instrucción de Rajoy, se incluyó una modificación para que no beneficiara a los etarras. Y mintió cuando dijo que la Audiencia Provincial consideraba que la investigación de la UCO sobre Begoña Gómez era prospectiva, que significa indagar a todos los niveles sus actividades a la búsqueda de algo delictivo.
Pilar Alegría no atraviesa su mejor momento, se dice por los mentideros políticos que ya no es tan seguro que pueda ser la nueva secretaria general de Aragón. No solo ha perdido el favor de Sánchez, que es lo que le debe quitar el sueño - hasta hace poco tiempo se la consideraba la probable sustituta de Sánchez al frente del PSOE y del Gobierno- sino que se cuenta que también ha perdido el apoyo de parte de los socialistas aragoneses. Quizá eso justifica su actitud tan servil al presidente.
Un presidente que ha asegurado que ningún etarra verá reducida su condena por la reforma de ley aprobada esta semana. ¿Será verdad? Se admiten apuestas…