ORGULLO regional, pero también provincial, y una manera fantástica para pasar el Día de Castilla y León: haciendo ejercicio, empapándose del folklore abulense y disfrutando de platos tan apetitosos como unas patatas revolconas o unas judías blancas. Hablamos de la celebración en Ávila en Día de Castilla y León, «un día histórico» en palabras del delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández Herrero, por tratarse de la primera vez que los actos de este 23 de abril salían de Villalar (donde también se mantuvieron) y por el éxito que cosechó esta primera edición en Ávila, con mil inscritos en la marcha-carrera y cientos de abulenses disfrutando de las actividades programadas para la jornada festiva.
El deporte, la música y la gastronomía se dieron la mano en los alrededores de la sede de la Junta en Ávila desde por la mañana para impulsar el sentimiento de pertenencia a la Comunidad, y también a la provincia. «Es un acto para sentirse orgulloso de ser abulense y castellano y leonés y de reafirmación de la identidad territorial que tantos frutos ha dado en términos de infraestructuras y servicios, pero hoy hablamos desde el corazón», subrayaba el delegado de la Junta minutos antes del inicio de una marcha-carrera que dejó una «cifra espectacular» de participación. Al final fueron mil los inscritos, el «cupo máximo», en las dos competiciones, la carrera de unos 4,6 kilómetros con dos vueltas al céntrico circuito preparado para la ocasión y una marcha a pie de 2,5 kilómetros que completaron abulenses de todas las edades.
La carrera arrancó al filo de las once de la mañana y poco más de quince minutos después llegaba a la meta el ganador, Diego Zazo Sáez, del Puente Romanillos, seguido de Carlos González (VG Running), Daniel González García (Triavila) y del propio José Francisco Hernández Herrero. En categoría femenina las tres primeras clasificadas fueron María Jesús Vázquez Paloma (independiente), Andrea González Yagüe (Jacqueline Running Team) y Ana Álvarez Fernández (independiente).
Con todo en esta carrera lo importante, más que nunca, era participar. Así se reflejó en las caras de ilusión de los primeros en tomar la salida en el Pasaje del Císter, cinco usuarios de Pronisa que completaron el recorrido subidos a las joelette, las sillas de carreras para personas con discapacidad, entre aplausos. Pronisa Plena Inclusión fue una de las entidades colaboradoras con la actividad, al aportar, además de medio centenar de participantes, una veintena de voluntarios. Su gerente, Jaime Rodríguez, mostraba su satisfacción por el desarrollo de la jornada y por la emoción.
Tras la carrera llegó el momento de la marcha familiar, en la que participaron personal de la Junta, alcaldes de la provincia y abulenses en general, muchos de ellos en grupos de familias o amigos que decidieron pasar la fiesta haciendo ejercicio. La mañana, soleada pero fría, invitaba al paseo.
La recompensa esperaba en el Jardín del Recreo, el epicentro de la fiesta. Llegó el acto institucional, con la lectura del preámbulo del Estatuto de Autonomía a cargo de dos escolares y con presencia de las autoridades. Un castillo hinchable que agotó el aforo amenizó la espera de los más pequeños, mientras la feria gastronómica abría sus puertas. Seis casetas ofrecieron guisos tradicionales, tapas, platos y bocadillos con precios unificados. Mientras unos se tomaron el aperitivo, otros decidieron comer allí mismo, aunque quizás faltó algo de infraestructura para poder hacerlo más cómodamente.
Para entonces la música y los bailes de Urdimbre ya había 'tomado' el templete del Recreo. El grupo alternó sus aplaudidas actuaciones con las explicaciones sobre las rondas, jotas o seguidillas de distintas localidades de la provincia, sobre las indumentarias tradicionales y sobre momentos como las despedidas de solteros y las bodas de antaño. Para la tarde todavía quedaba más música de la mano de Quique Av para ponerle la guinda al día.