Jesús Herranz Martín ( 26 de junio de 1971) es jefe de la Policía Local de Las Navas del Marqués y del Servicio de Extinción de Incendios Municipal, cargos a los que llegó, en parte por vocación, en parte por las oportunidades que le fue ofreciendo la vida. Una vida que cuenta serio (o quizá nervioso por la entrevista) pero sin evasivas ni dando más importancia a lo que ha conseguido en su carrera profesional.
En esta carrera, sobre la que tiene mucho que contar, en los últimos días se ha unido algo de tan plena actualidad como que ha podido ir a ayudar a los afectados por la DANA de Valencia. Cuando se conoció la catástrofe, asegura que todas las agrupaciones de la provincia mostraron su interés en poder ir a ayudar, lo que se hizo a través de la Diputación y el diputado encargado, José Luis del Nogal. En el caso de los naveros, ya han acudido en tres ocasiones, tres días cada vez y con once voluntarios.
Su principal labor fue la de achicar agua en garajes y en los bajos de edificios municipales, entre ellos dos centros médicos o un centro cívico-social, además de limpiar calles. También en centros escolares. Según relata, «la primera vez que llegas es estremecedor. Te corre por el cuerpo un escalofrío porque el escenario es muy parecido a un escenario de guerra». «Es impresionante la cantidad de destrozos y de suciedad que hay por las calles. Los vecinos, la gente afectada transmiten una moral fuerte, pero a la vez están destrozados. Hay tantos daños materiales en viviendas, en vehículos, en comercios... es que hay muchos comercios y muchas empresas que no van a poder para salir de esto, van a desaparecer seguramente. Hay muchos puestos de trabajo que se han perdido con esta emergencia. El nivel de destrucción es brutal», añade.
Esto hace que la sensación que queda sea de «impotencia porque hay tanto trabajo que hacer, que bajas tres días y resuelves poco para la cantidad de trabajo que hay que hacer allí. Está claro que cada granito de arena que se aporte ayuda, pero se necesita mucha ayuda allí. Y nosotros estamos bajando de la provincia mucha gente».
En el caso de Ávila se ha ido acudiendo en grupos según la organización de la Diputación, de modo que cada vez son al menos 20 voluntarios de varias agrupaciones de la provincia, para que el trabajo sea «más efectivo» y también se puedan «ayudar unos a otros».
Toda la labor realizada en Valencia, y que fue «muy estresante» porque el trabajo en Las Navas continúa, es solo un ejemplo de lo que supone tener las responsabilidades que tiene Jesús Herranz.
Jesús es natural de Las Navas de Marqués, de donde también es su familia. Allí estudió lo que entonces era EGB, para marcharse después a Valladolid y a Ávila. Pero cuando estaba estudiando Magisterio en Ávila surgió la oposición de policía en Las Navas. Le llamaba la atención y decidió probar, con la «suerte» de que aprobó. Tenía entonces 19 años.
Aún recuerda cómo consiguió esa plaza cuando sólo quería ver cómo era una oposición, coger experiencia, quizá pensando después en la Policía Nacional. Pero las circunstancias de la vida le llevaron a aprobar y, aunque intentó compaginar el trabajo de Policía Local con los estudios, finalmente los abandonó.
Los inicios fueron «complicados», rememora, porque entonces solo había otro policía local, al que se unieron los dos que aprobaron la posición. «Un pueblo tan grande para tres policías locales, pues muy, muy complicado», dice. Pero también es cierto que fueron aprendiendo y dando pasos entre las muchas cosas que había que gestionar, por ejemplo con la Jefatura Provincial de Tráfico para formular denuncias o hacer tramitaciones en los juzgados. Fue todo «bastante complejo» pero poco a poco se fue adaptando y sí que ve, ahora que ha pasado el tiempo, que en realidad tuvo vocación de policía desde el principio.
Más adelante aprobó la oposición de oficial, para llegar a la jefatura en Las Navas del Marqués. Fue un paso más que le «gusta mucho», aunque ahora que «han pasado bastantes años ya empiezo a pensar en la jubilación más que en otra cosa. Pero hasta ahora sí me he encontrado muy cómodo en mi trabajo».
Ser policía en un pueblo supone ser consciente de que «o tienes las ideas muy claras, o es muy complicado» porque en realidad tienen muchas competencias, como es la de tráfico, aunque también hay mucho trabajo administrativo. «Ha cambiado mucho la policía en estos años. Antes era más trabajo de calle y menos trabajo burocrático. Ahora es mucho trabajo administrativo», explica. Y aún así tienen esta labor de tráfico con radar, controles de velocidad y alcoholemia, vigilancia de edificios municipales (como colegios e institutos), control de tráfico en eventos y la colaboración con la Guardia Civil en seguridad ciudadana. Aunque para ello tienen la ventaja de que en Las Navas cuenta «con un sistema de vigilancia del tráfico muy completo, con 32 cámaras, que para un municipio como Las Navas son muchas cámaras. Esas cámaras están instaladas para la vigilancia del tráfico y edificios municipales. Pero al final lo que ve la cámara lo ve. Y en materia de seguridad ciudadana se colabora mucho con Guardia Civil en el esclarecimiento de denuncias y de hechos delictivos», asegura.
A la espera del nuevo cuartel de la Policía Local que se está construyendo y que se llevaba esperando 22 años porque era una necesidad, ahora en este cuerpo se cuenta con seis personas aunque en plantilla son ocho (hay dos vacantes). De esas dos, hay una plaza oficial vacante que se va a cubrir este año y una de agente que también está convocada en la convocatoria conjunta de la Junta.
El momento más duro para él en su tiempo como policía lo tiene muy claro, fue «la muerte de uno de nuestros vecinos, el asesinato de Sergio. Trabajamos mucho esos días. Nosotros teníamos bastante claro lo que había ocurrido y donde podía estar el cuerpo. Nos centramos mucho en la búsqueda», pero al final «nos pasó un poco factura a todos. La verdad es que fueron cuatro días muy intensos, muy complicados». El otro lado de la balanza, el positivo, no lo tiene tan claro, pero finalmente habla del hecho de «en el día a día irte a casa con la conciencia tranquila de que estás trabajando, de que resuelves cosas aunque sean pequeñas que para la gente son importantes». Y esto es más importante para él incluso que cuando le concedieron «una medalla al mérito por una actuación, al salvar una vida de una persona en un intento de suicidio. Fue muy gratificante en aquel momento». Pero para él la frase que lo resume es la que dice (que ha visto en hospitales) que «un héroe salva una vida, una enfermera salva cientos. Y creo que es cierto». Y es precisamente por esto por lo que se queda «con el día a día, trabajar con los vecinos y con la gente que necesita nuestros servicios y hacer también nuestra labor, que no es muy gratificante, de denunciar y de poner un poco de orden».
La parte de jefe de Policía Local la complementa ahora con la del servicio de extinción de incendios para la que asegura que «también tengo algo de vocación de bombero». Recuerda que ahora en la provincia de Ávila solamente existe un cuerpo de bomberos profesional, que es en la ciudad de Ávila, por lo que en los municipios, cuando hay emergencias de ese tipo, están «esos 35 minutos o 40 minutos que pueden tardar en llegar los profesionales» lo que «hace que una emergencia que a lo mejor se puede quedar en un conato, sea algo muy grave». Y por eso se propuso una brigada para Las Navas del Marqués de la que él fue impulsor en un momento en el que todavía no había voluntarios de Protección Civil y se formó la Brigada Municipal de Extinción de Incendios con empleados municipales. «Empezamos a trabajar en eso, a comprar algo de material. Conseguimos que nos cedieran del Ayuntamiento de Madrid material de extinción de incendios como los equipos autónomos de respiración. Y empezamos a intervenir», asegura, y para eso también fueron haciendo cursos de formación.
Poco a poco se vio que era un servicio interesante y que funcionaba, que conseguían evitar «que un conato de un incendio al final se complicase y resultase en una emergencia importante» y en eso «yo creo que fuimos de los pioneros de la provincia de Ávila. Había otras agrupaciones de Protección Civil que también tenían esas inquietudes, contactaron con nosotros» y se fueron organizando aún más.
De esos inicios como brigada se pasó después a tener la agrupación de Protección Civil e ir en paralelo algunos años hasta que finalmente se integró en el segundo grupo, un poco «obligados», y también como forma de acceder a las subvenciones para comprar de material y equipamiento. Con ello, reconoce, se ha conseguido «una mejor coordinación con la provincia y con la Diputación».
Dentro de los diferentes grupos que hay en Protección Civil, unas quince personas están dentro del de incendios, un buen número para una localidad como Las Navas del Marqués, aunque «es difícil» conseguir renovación. Ahora se ha conseguido que se apunten algunos nuevos pero es algo que está costando.
Su misión principal es la intervención en incendios, tanto forestales como urbanos, pero también actúan en «todo tipo de emergencias. Puede ser provocados por la nieve, por la lluvia intensa…» incluso algunos eventos parecidos (no con la misma intensidad, por supuesto) a lo que ha sucedido en Valencia. También ellos han sufrido «en un par de casos riadas importantes», una de ellas el día de antes de las fiestas patronales por lo que tenían «un grupo de feriantes preparados para las fiestas y estaban justamente las caravanas y los vehículos estacionados en uno de los cauces de un arroyo» por lo que tuvieron que «rescatar a dos personas de una de las caravanas que utilizaban como domicilio para dormir».
Un ejemplo más de lo que ha sido su trabajo, el que lleva años desarrollando y ayudando a los demás. Eso sí, lo que está claro es que Jesús Herranz está lleno de responsabilidades y se siente cómodo en ellas y en sus dos facetas de servicio público que, por lo menos de momento, siguen siendo su presente.