Amigo lector, tenía muchos artículos en mente hoy para esta sección y era reacio a escribir nada sobre los sucesos acaecidos por las tierras valencianas, debido a la saturación de noticias sobre ello, pero no he podido resistir y dejando a un lado las responsabilidades de unos y otros en las gestiones y alarmas de este acontecimiento tan triste y catastrófico, creo que debemos reflexionar una vez más sobre el poder de la natura contra la que poco, o nada, puede el ser humano.
La Naturaleza es la que manda, la que nos cuida, la que aporta el oxígeno que respiramos y el agua que bebemos, la que sustenta sobre su suelo los alimentos que necesitamos, la que dirige nuestras vidas y la que a veces nos las siega sin saber distinguir a los humanos que la cuidan de los que la destrozan sin contemplaciones.
Este último suceso valenciano, esa lluvia torrencial extrema que ha sesgado vidas, según señalan los meteorólogos está claramente influenciada y agravada por un cambio climático que a pesar de todas las evidencias científicas y los fenómenos extremos que aumentan cada vez más, aún algunos se niegan a admitir. Ya hace más de 50 años que la ciencia y el ecologismo advertía sobre el cambio climático. Tengo en mi mente cómo cuando recogí un premio en Valladolid de Ecoperiodista Regional, hace la friolera de 32 años, el Consejero de la Junta de entonces, claramente negacionista comentaba entre los asistentes: "esto del cambio climático es un invento de los ecologistas". Confieso que tuve que hacer un enorme esfuerzo para no 'montar el pollo' en el acto, y me di cuenta de que había que seguir trabajando aún mucho más en la labor divulgativa y concienciación ambiental.
Más de 30 años después creo que ya está suficientemente demostrado por desgracia, que los episodios extremos van en claro aumento y no parecen tener ya solución salvo una compleja y difícil adaptación a la virulencia de los mismos.
Un buen ejemplo de la falta de voluntad global para poner freno a esta destrucción anunciada es la ausencia en la Cumbre sobre la Acción Climática que se acaba de celebrar, de algunos de los países más contaminantes e influyentes, y la amenaza del recién elegido Trump de sacar a EEUU del Acuerdo.
El período de retorno de riadas e inundaciones, sobre el que se basan a veces las construcciones cerca de los cauces fluviales, ya no parece ser fiable y tendremos que ser mucho más cautos y recordar que por donde circulaba el agua lo volverá a hacer, y cuantos más obstáculos se pongan en su camino y más yermo esté el terreno y pelado de vegetación en las cuencas fluviales será peor.
Se estremece el cuerpo y casi se atrofia la mente al contemplar las terribles imágenes de la última DANA donde resulta imposible ponerse en el lugar de los que han perdido todo, sobre todo la vida de familiares y amigos.
En esos momentos la solidaridad de nuestros conciudadanos y los miles de voluntarios han hecho aflorar también lo mejor del ser humano; aunque también en algunos lo peor, como los saqueadores de viviendas para robar lo poco que ha quedado a los damnificados, o los expoliadores de tiendas y no precisamente para coger material de primera necesidad. También los que utilizan la imagen de organizaciones humanitarias para estafar dinero a la gente de buena voluntad. Un buen escarmiento necesitarían todos estos indeseables. :-(