Asegura el dicho popular que «hay tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión'. Y aunque desde 1989 la solemnidad litúrgica del Corpus se celebra en domingo, lo que sí podemos asegurar de la fiesta de este año es que el día relució. Y mucho. El verano adelantado del que disfrutamos estos días en Ávila se alió con la celebración de la jornada en la que la Iglesia Católica venera el sacramento de la Eucaristía.
Una jornada, además, muy especial par ala diócesis de Ávila, ya que era la primera celebración del Corpus presidida por el actual obispo, Jesús Rico García.
En una Catedral delSalvador atestada de gente (hubo, incluso, que echar mano de todas las sillas disponibles para que se sentaran los más de 160 niños de Primera Comunión presentes en le ceremonia), el nuevo prelado dedicó la homilía a reflexionar sobre la importancia de la Eucaristía en la vida de los fieles. «La Eucaristía actualiza la alianza que nos santifica y nos purifica y que nos une en Comunión con Dios», decía al comienzo de sus palabras RicoGarcía, que también presentó este sacramento como esa «escuela de vida» a la que los católicos deben aprender «a entregarse sin reserva».
Un día hecho para relucirAnte las autoridades presentes en la seo (y entre las que se encontraba el presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán), el obispo de Ávila habló también de la Eucaristía como «el sacramento de Dios que no nos abandona» y de la festividad delCorpus como «una cita de fe y de alabanza para nuestras comunidades».
Al término de la eucaristía, que estuvo animada por el coro interdiocesano, los alrededores de la Catedral se llenaron de todos aquellos que quería contemplar la salida de los niños de Primera Comunión y, sobre todo, de la Custodia de Juan de Arfe, portadora del Cuerpo de Cristo.
Con los acordes del himno de España, interpretado para la ocasión por los miembros de la Escuela Municipal de Música (agrupación encargada de acompañar en la procesión a la Corporación Municipal), la Custodia salía del templo en dirección al Mercado Grande. Y tras ella lo hacía la conocida como 'Bandera de los Voluntarios', la que tradicionalmente sale en la procesión y que portaba, también como manda la tradición, el edil más joven, en este caso,Fernando Toribio.
El obispo de Ávila, el alcalde, los concejales y demás autoridades militares y civiles acompañaron al Cuerpo de Cristo en las distintas paradas ante los cinco altares (uno más que los últimos años), erigidos por las cofradías de la ciudad. El primero de ellos y la novedad de este año era el instalado por el Ilustre Patronato de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora de las Vacas, a la entrada de la iglesia de San Pedro Apóstol. Además de los altares, el recorrido incluyó tres estaciones de adoración eucarística. La primera se colocó en la Plaza de Santa Teresa. La segunda, en la del Mercado Chico. Y la última en la plaza de la Catedral, con la bendición del Santísimo que ponía fin al recorrido.
Pequeño incidente. Por cierto que en la procesión se registró un pequeño incidente. A su paso por la plaza de Pedro Dávila y frente al altar colocado por La Estrella, la caída de una cruz de plata de un estandarte provocaba una pequeña brecha a un niño de Primera Comunión. El pequeño fue atendido rápidamente y trasladado al hospital donde le fueron dados unos puntos.