Así como los nostálgicos (o los cuerdos) sostienen que «el pinganillo asesinó al ciclismo», en la misma escuela habitan los que creen que la profusión de vídeos y analistas mató al fútbol. Cuanto menor es el factor sorpresa, menores los riesgos… pero también menor la irrupción de genios que, como los magos, te sobrecogiesen por desconocimiento. Los más jóvenes del lugar jamás experimentarán la sensación de jugar contra el Dinamo de Kiev, gritar dolido (por la exhibición) y emocionado «¿Pero ese quién es?» y que 'ese' fuese Igor Belanov, por ejemplo.
Hoy todo está grabado, analizado, informatizado… y los defensas ya reciben más informes y consejos de los analistas que de sus propios entrenadores. 'Tal' delantero hace 'esto', el otro hace 'aquello', etcétera. Los entrenadores tienen cada vez más claro que a) el talento es lo único que desborda cualquier plan preconcebido o informatizado en el 'big data'… y que b) la a por sorpresa es el arma de este 'neofútbol' en el que ya no hay lugar para lo extraño. Y en este punto, los 'llegadores' de segunda línea, los centrocampistas ofensivos, han tomado un protagonismo creciente en el dorado objeto de deseo del fútbol: el gol.
Un 'ocho' o un 'diez' con olfato son piezas casi tan cotizadas como el delantero centro. «El gol cuesta», es la frase de cada verano. «El gol inesperado» o «el gol con el que nadie cuenta» son esas rarezas casi de coleccionismo que empezarán a cotizar aún más que algunos 'nueves'. Un ejemplo reciente: el pasado fin de semana, el Athletic (que el pasado miércoles apabulló al Real Madrid) estaba asfixiado ofensivamente en Vallecas. Los zagueros del Rayo habían recibido los correspondientes informes para anular a los Williams, a Guruzeta… El movimiento táctico de Valverde fue quitar a este último, al 'nueve', para dar entrada a Oihan Sancet. Y ganó el encuentro.
El gol indetectable - Foto: AFP7 vía Europa PressEl navarro (Pamplona, 25 de abril de 2000) marcó los dos goles del Athletic, alcanzó los siete tantos y ya es el mediocampista más goleador del campeonato. Sancet es un tipo con una zurda privilegiada que se relaciona con el gol con la facilidad de los grandes llegadores. A sus 24 años 'Transfermarkt' le otorga un valor de 40 millones en el mercado y ya ha sido internacional absoluto en cuatro ocasiones.
Por alusiones, la España campeona de Europa este verano iluminó al planeta-fútbol con ese papel decisivo de los mediocentros ofensivos. Mientras Rodri sostenía al equipo, futbolistas como Fabián (dos goles y dos asistencias) y Dani Olmo (tres y dos) sentenciaban los partidos. El azulgrana, castigado por las lesiones, suma cinco dianas en Liga (junto al bético Lo Celso, segundo en el 'ranking' de mediocampistas tras Sancet).
Líderes
En las grandes Ligas, Cole Palmer es el perfecto ejemplo de lo referido: mediocentro fichado por el Chelsea (90 millones) de la cantera del Manchester City a cambio de 47 millones, con un contrato hasta junio de 2033, el niño (22 años) con cara de diablo lleva este año nueve goles y seis asistencias en 14 partidos con los 'blues'. El resurgir de los londinenses, segundos a siete puntos del Liverpool, tiene mucho que ver con la vocación ofensiva de Palmer. ¿No hay nadie como él? Mbeumo o Wissa, dos medios del Brentford reconvertidos a atacantes, llevan ocho tantos cada uno en la Premier. 'Sospechosos habituales' como Musiala (6 goles más dos asistencias), Wirtz (4+4), Maddison (5+3), Kang-In Lee (6+1) o Joao Neves (2+6) brillan bajo los focos. Y lejos de los grandes escaparates, el neerlandés Sem Steijn (Twente, 23 años) y el ruso Alexei Batrakov (Lokomotiv, 19 años) llevan 10 dianas este curso… y comparten oficio: no son delanteros. 'Solo' centrocampistas con olfato, los dueños del gol que nadie espera.