Sin sobresaltos en las comidas

M.M.G.
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Aspaym dedica el Día del Ictus a reflexionar sobre la disfagia, una alteración de la deglución que puede afectar a las personas con daño cerebral

Sin sobresaltos en las comidas

Lo saben bien las personas que han padecido un accidente cerebrovascular y sus familias: una vez superado el episodio, en muchos casos hay que aprender a vivir de nuevo, trabajando aspectos que hasta antes, por ejemplo, del ictus, nadie se planteaba, pero que resultan fundamentales para contar con una buena calidad de vida. 

Éste es el caso de la deglución. Masticar, tragar... dejan de ser actos casi inconscientes cuando se padece disfagia, la patología que  elegía Aspaym para las actividades organizadas en su sede este martes con motivo de la celebración del Día Mundial del Ictus.

La jornada arrancaba con una charla para usuarios y familiares. La encargada de la misma era Mónica Ballesteros, logopeda de Aspaym, que explicaba a Diario de Ávila cómo el objetivo de la misma no era otra cosa que «dar a conocer la patología a pacientes, cuidadores y familiares que no conocen esta alteración en la deglución»

Se entiende por disfagia la alteración de la deglución, caracterizada por la dificultad o incapacidad del paso de alimentos, tanto sólidos como líquidos, desde la boca al estómago.

Lo primero, decía la logopeda, es detectar si se está ante un problema en la deglución, porque en no pocas ocasiones los pacientes normalizan episodios que no son normales.

¿Cómo puede detectarse?, le preguntamos. «Pues los síntomas, no siempre son los mismos ni se dan en todos los pacientes», aclaraba la trabajadora de Aspaym, que destacaba entre los más comunes el hecho de tardar más de lo habitual en comer, la masticación lenta, la aparición de tos tras las comidas, cambios en la voz (registrándose lo que se conoce como 'voz húmeda') o incluso vómitos después de comer o sensibilidad alterada.

Y lo cierto es que debe estarse muy alerta porque los riesgos que conlleva la disfagia pueden ser muy graves. Así, Ballesteros mencionaba el «atragamiento en aspiración bronquial», o lo que es lo mismo, que los alimentos, en lugar de terminar en el estómago, lo hagan en el pulmón, los que no dan la cara. «Porque no siempre se tose», avisaba la logopeda.

En su charla, dirigida a todas aquellas personas susceptibles de sufrir disfagia, además de los pacientes de ictus (como personas con tumores de laringe, parálisis cerebral o patologías pediátricas, ponía como ejemplo), la logopeda habló también sobre las mejores y peores comidas en estos casos.

En este sentido, y siempre insistiendo en que cada persona es un mundo, se refería a la importancia que tiene adaptar la dieta a los pacientes que, al igual que sus familiares y cuidadores, deben saber «cómo se texturizan los alimentos cuando una persona tiene problemas para deglutir».

«Los alimentos más difíciles son los primeros que se retiran, como los frutos secos o las sopas, porque son alimentos con dobles texturas, que suelen dar más complicaciones a la hora de tragar», apuntaba Ballesteros. «Y los más fáciles son los de texturas más homogéneas, como un plátano», abundaba.

Precisamente para conocer mejor estos alimentos,Aspay, completaba esta charla con un taller práctico en el que los usuarios pudieron degustar tartaletas de melocotón, espárragos con mayonesa, huevos rellenos o calamares con mayonesa. Todo ello preparado para facilitar su deglución.

ARCHIVADO EN: Aspaym, Ictus, Ávila