Este domingo 10 de noviembre es el Día de la Iglesia Diocesana, la jornada que se presenta como una oportunidad para agradecer la labor que desarrolla en las más de 22.000 parroquias que tiene repartidas por España, 266 de ellas en Ávila, este año centrada en las vocaciones en sentido amplio. La presentación de esta campaña vino acompañada, como viene siendo habitual, por la rendición de cuentas de la diócesis, números que reflejan «un compromiso claro» por parte de los abulenses con la Iglesia y su sostenimiento, al tiempo que mayores necesidades de atención. Así, en el año 2023 aumentaron las personas atendidas por la Iglesia en su actividad caritativa y asistencia, como también crecieron los ingresos y los gastos de la diócesis.
La responsable de Comunicación del Obispado de Ávila, Auxi Rueda, fue la encargada de desgranar una cuenta de resultados de 2023 que de forma global se resume en unos ingresos de algo más de 6,5 millones de euros y unos gastos de cerca de 5,5 millones, lo que arrojó una «capacidad de financiación» de 1,129 millones de euros que ya está plasmada en los presupuestos de este año.
Entre las partidas más destacadas en los ingresos se encuentra la de las aportaciones directas de los fieles a través de colectas y suscripciones, de algo más de 2 millones de euros, cerca de un tercio del total recibido y un 8,6% más que el año pasado, señaló Auxi Rueda, que habló un crecimiento sostenido en los últimos años. La asignación tributaria supone la principal fuente de ingresos, dejando a la diócesis abulense como «una de las cinco que más marca la 'X'», tras un aumento anual del 5%. Los ingresos de patrimonio y otras actividades superaron el millón de euros, pero aquí se destacó que el gasto en conservación y funcionamiento de edificios fue casi el doble, al superar los dos millones de euros.
Los gastos totales de la diócesis se cifraron en 5,4 millones de euros, destacando aquí los casi un millón y medio de la retribución del clero y los casi 900.000 euros de las acciones pastorales y asistenciales.
Y es que las personas atendidas en Ávila por la Iglesia en las distintas facetas en los 53 centros ascendieron el año pasado a 6.889. La cifra deja un aumento de cerca del 22% respecto al dato del año anterior y de más de 40% si hablamos de los dos últimos años. «Solo en los centros para mitigar la pobreza se atendieron a casi 4.000 personas, más de 1.400 más con respecto al año anterior», señaló la responsable de Comunicación. En este punto estacó las ayudas a través de Cáritas y Manos Unidas en cuestiones básicas del día a día, en el apoyo para que los afectados «puedan salir de esta situación» y en la ayuda a drogodependientes, además del servicio en el ámbito de la formación y empleo y en la de la orientación familiar, entre otros.
La vocación
En el marco ya del Día de la Iglesia Diocesana, el lema de la campaña de este año, que está centrada en la vocación, es 'Una llamada que cambia vidas'. El obispo de Ávila, Jesús Rico, señaló que hace referencia a «las llamadas que todos sentimos en la vida y que están pidiendo salir» más allá de lo material, de ahí que llamara a «buscar en nuestro interior» para «saber responder adecuadamente», lo que «resulta transformador e invita a vivir en plenitud». Como ejemplo se trasladó la vivencia de Juan José Rodríguez, uno de los dos diáconos de Ávila y futuro sacerdote, quien explicó que respondió a su vocación a través del testimonio de un «cura alegre». «Dios me ganó por la felicidad, nada ha saciado mi corazón como Dios», dijo.