Series como 'Gambito de dama' y otras como 'Big Band Theory' y los meses que pasamos en casa en época de pandemia han disparado el interés por el ajedrez, uno de los juegos de tablero más antiguos del mundo que además está considerado como un deporte reconocido por el Comité Olímpico Internacional. La combinación de estrategia, habilidad mental y concentración son la base de un deporte que cada vez tiene más adeptos. También en ciudades como Ávila donde incluso aficionados a este juego se reúnen diariamente en distintos bares para poner a prueba su técnica y habilidad.
Entre quienes hace años se declaran fans de este deporte está el abulense Manuel Jiménez Morán, responsable de la academia de clases particulares Manu Mates y quien empezó a jugar al ajedrez en los años de universidad, cuando estudiaba Matemáticas. Mientras otros compañeros ocupaban los ratos muertos entre clase y clase (o directamente se las saltaban) en jugar al mus, él y otros compañeros se pasaban las horas moviendo alfiles, caballos y torres. También empezó a jugar deforma on line con aficionados de todo el mundo y de vuelta a Ávila siguió con una afición que comparte con cada vez más abulenses y que él empezó «a estudiar en serio, con libros y teoría».
De hecho, él se ha propuesto que los aficionados a este deporte mental sean aún más en nuestra ciudad y por ese motivo este verano ha organizado en su academia dos cursos intensivos de ajedrez: uno para iniciarse en las reglas y dinámica de este juego y otro más avanzado para quienes ya han tenido contacto con el tablero y quieren perfeccionar.
Los cursos se impartirán en la academia Manu Mates, situada en la calle Candeleda, del 1 al 6 de julio. El de iniciación, de 10 a 12 horas, y el de nivel intermedio, de 12 a 14. En el primero de ellos, explica, está dirigido a niños y jóvenes que no hayan jugado o que no lo hagan de forma habitual y en el mismo se enseñarán las reglas del juego y movimientos de cada una de las piezas, verán finales teóricos básicos, patrones de mate, ejercicios de táctica e iniciación en el uso del reloj.
En el otro curso, el de nivel intermedio, es para jugadores que quieren aprender más y que gracias al mismo conocerán técnicas y teorías de finales, patrones de mate, conceptos estratégicos básicos tanto de desarrollo y coordinación de las piezas, esquemas de ataque y defensa y también ejercicios de táctica.
Aparte de lo lúdico, asegura Manu que el ajedrez es un deporte que tiene «muchos beneficios psicológicos y de gestión de emociones» para quien lo practica ya que, entre otras cosas, «fomenta la perseverancia, ayuda a aceptar las derrotas y los fracasos». Y no solo eso, prosigue enumerando este profesor de matemáticas, el ajedrez también promueve «un pensamiento muy analítico y esquemático, ayuda a anticiparse a los movimientos del contrario, favorece la concentración, la constancia y el esfuerzo». Además, todo ello desde una actividad lúdica y divertida.
muy matemático «A final en el ajedrez hay que resolver problemas», apunta Manu al hablar de las semejanzas entre este deporte y las matemáticas que él enseña a sus alumnos. Y es que, prosigue, tanto el ajedrez como las matemáticas comparten la misma base: la de «aprender una teoría que se aplica a la resolución de problemas diferentes». Esto, afirma este profesor, ayuda además a ser creativo en la resolución de esas incógnitas. «El ajedrez estimula la creatividad porque te expone a situaciones diferentes que hay que resolver con patrones diferentes», afirma al hablar de otra de las ventajas de un deporte que él quiere dar a conocer no solo entre sus alumnos sino entre los niños y jóvenes de Ávila, a quienes anima a pasar parte de este verano moviendo alfiles y peones por el tablero.
«El ajedrez ha resurgido», asegura el responsable de esta academia que habla de «un buen momento en cuanto a afición» en un deporte que él descubrió hace algo más de una década y al que quiere seguir sumando adeptos en esta ciudad.