"La cubierta vegetal resta producción pero mejora el vino"

Jaime Sánchez Cuéllar
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No labrar y dejar crecer vegetación entre las hileras de viñedo ha generado interés, sobre todo por su inclusión en los ecorregímenes de la PAC, entre los viticultores y las bodegas, pero también muchas dudas

"La cubierta vegetal resta producción pero mejora el vino"

La práctica de las cubiertas vegetales ha generado un gran interés en el viñedo, sobre todo a raíz de su incorporación a los ecorregímenes de la PAC, pero también ha provocado muchas dudas entre los viticultores. Sergio Ibáñez es doctor ingeniero agrónomo, investigador del Instituto de las Ciencias de la Vid y el Vino de La Rioja y lleva prácticamente 20 años investigando esta técnica de cultivo. 

¿Ha aumentado el uso de cubiertas vegetales en el viñedo a partir de su inclusión en los ecorregímenes? 

Ha aumentado el interés, lo que no disponemos todavía es de estadísticas oficiales. En el conjunto de España su uso todavía es minoritario. Con datos de 2021 está en torno al 6%. En Castilla y León podemos decir que es algo más, fácilmente el 10%, aunque todavía es minoritario con respecto al conjunto del viñedo que permanece labrado. Existen temores y dudas entre los viticultores y las bodegas para su implantación. 

¿Qué efectos tiene la cubierta vegetal sobre la producción?

Realizamos ensayos desde la campaña de 2005. Lo que hemos visto es que en los viñedos de secano tiene un efecto directo de reducción de la producción. Tenemos que ser sinceros y decirlo. Como dato global, sabiendo que hay variaciones según las zonas, el tipo de viñedo… podemos decir que hay una reducción de cosecha del 20% o 25% en secano. No así en regadío, donde aplicando técnicas de riego moderado enfocado a la maduración de la uva, el efecto de la producción prácticamente no se ve alterado.  Y respecto al vigor de la planta, ¿se produce también una reducción?

Sí. La disminución del vigor puede ser en torno al 25% o incluso al 40%. Pero lo más interesante de esta técnica es que no es tanto una disminución de vigor de las hojas del pámpano principal, sino del crecimiento secundario o de los llamados nietos, lo cual es interesante de cara a ahorrar en prácticas tradicionales en viñedo como el desniete o el deshojado. 

Si bajamos la producción y el vigor del cultivo… ¿en qué casos merece la pena continuar con la práctica de la cubierta vegetal?

Tenemos muchos casos de viñedos con un desacertado uso de los factores de la producción vitícola, viñedos con excesos de producción o un desequilibrio entre la producción y el vigor.  Esta técnica es interesante para lograr un equilibrio de rendimiento y vigor. Pero tiene muchos más efectos positivos sobre el suelo. Mejora la materia orgánica, la estructura, la biodiversidad y la microbiología de nuestros suelos. También frente a la erosión, que es uno de los problemas que en los últimos años estamos viendo acrecentado. El suelo tarda cientos de años en formarse y en unas horas puede desaparecer.

¿Puede tener las cubiertas vegetales algún tipo de efecto sobre la calidad de la uva?

Pueden tener efectos muy interesantes, sobre todo por esa disminución del rendimiento. Provoca una relación directa, por ejemplo, con el tamaño de la baya, que también es menor. Tenemos mayor superficie de hollejo con respecto a la pulpa, algo muy interesante para todo lo que es la carga polifenólica del vino… antocianos, polifenoles, índices de color... Hemos visto que aumentan entre un 20% y un 30% con respecto a parcelas de laboreo. Cuando esos vinos los hemos llevado a un panel de expertos en cata, los vinos de parcelas con cubierta vegetal son más estructurados, complejos y con más cuerpo.  

Por tanto, hay que tener claro el objetivo porque la cubierta vegetal no vale para todos los casos y de forma generalizada…

Debemos tener claro cuál es el objetivo. Puede ser para controlar el vigor y el rendimiento, o simplemente la erosión. Podemos aplicar incluso una cubierta vegetal orientada como un abono de invierno. O con un uso paisajístico ligado al enoturismo. Para mejorar la calidad del suelo. Incluso hay también aplicaciones concretas de la cubierta como insecticida natural frente a nemátodos del suelo. Hay muchas alternativas y desde luego debemos hacer una gestión razonable y sobre todo tener en cuenta las condiciones climáticas. No todas las cubiertas o no todas las especies que pueden integrar una cubierta vegetal tienen el mismo ciclo. Las especies más interesantes son aquellas que no tengan una biomasa demasiado alta y que tengan un ciclo medio-corto para que a finales de junio ya nuestra cubierta esté agostada y no ejerza esa competencia con el viñedo.