Gráficas Loymar llegó a Tiñosillos desde Madrid donde la tenía el padre de la actual dueña, Lorena Sánchez, que la mantiene con su marido y una trabajadora, por lo que sigue como un negocio familiar. El cambio de ubicación llegó tras el fallecimiento del socio de su padre, su tío, con lo que decidieron un cambio de aires, sobre todo porque ella ya se había trasladado para estudiar Administración y Finanzas en Arévalo y estaba con su abuela. Encontraron un sitio y se trasladaron, logrando que ese cambio no supusiera pérdida de clientes. «Los clientes los seguimos teniendo en Madrid» y aunque «han venido nuevos, la mayoría son de los que tenía mi padre», explica.

Añade que lo mejor de estar en un pueblo es que es «tranquilo». «La tranquilidad, que no tiene tanto tráfico como allí y también calidad de vida. Lo que pasa es que tenemos que ir a Madrid a entregar a nuestros clientes», principalmente ascensores y bancos. A ello se unen las empresas que consiguieron tras su traslado a Tiñosillos, «empresas más particulares». Esto lo han conseguido, reconoce, con «el boca a boca, cuando nos han ido conociendo. Esto es importante en un pueblo, al final se transmite a través de las personas».

Lo que hacen en este negocio es «imprimir todo tipo de etiquetas y de materiales de impresión, no de tipo de papelería, sino etiquetas principalmente. También carteles, talonarios, tarjetas».