El casco histórico de Ávila acogió una jornada de recreación histórica que llevó a la ciudad a la época de los Tercios, con una mirada muy especial al maestre de campo Juan del Águila por el 420 aniversario de su muerte.

Además de contar con medio centenar de personajes de época, ejemplo de militares pero también de la sociedad de entonces, se animó a abulenses y turistas a participar con la mesa de reclutamiento situada en el Mercado Chico para quien quisiera unirse al Ejército y participar en los actos y desfiles. Con ello se recordó de nuevo el significado que tuvieron los abulenses en los ejércitos de los Tercios, ahora traído a la actualidad.

Tras el izado de bandera en el palacio de Polentinos, los recreadores se dirigieron hacia el Mercado Chico donde todo estaba preparado para su recepción, autoridades incluidas, con el coronel Víctor Sáez, al mando del Archivo General de Ávila, y representantes institucionales y militares. Allí ya se pudo escuchar por primera vez el toque de tambores para dar órdenes a los militares de la época gracias a la colaboración del Conservatorio de Ávila, además de escuchar las explicaciones de unos actos que ya comenzaron la pasada semana en El Barraco, donde se encuentra la tumba de Juan del Águila. Fue parte de un homenaje que continuó este sábado con un alarde al estilo de los que se realizaba en esa misma plaza en el siglo XVI para la recluta de soldados, soldados que fueron reclutados esa misma mañana para ir a luchar a Irlanda. A estos nuevos soldados se les fue llamando desde la mesa de reclutamiento para por su nombre y primer apellido para que los reclutas gritaran después el segundo apellido y pasaran a recoger su distintivo rojo y la paga. Entre los asistentes hubo un buen número de niños.

De vuelta a los Tercios - Foto: Isabel García

Además, se procedió a la lectura de le efeméride a cargo del director de la Cátedra de Defensa de la UCAV, Javier Guío, y se pudo escuchar el verso de Calderón de la Barca sobre los Tercios. Esto sucedió antes de que se pudiera ver el baile de Pavana a cargo de seis parejas del grupo folclórico Avento, que precedió al comienzo del desfile de los nuevos reclutas que partieron hacia Irlanda.

En el acto se recordaron los alardes que ya en tiempo de los Reyes Católicos se pasaban periódicamente a las tropas por los veedores y contadores del Rey, con la finalidad de inspeccionar y pagar a los soldados, contabilizando el número y calidad de los mismos, así como el ganado, pertrechos y armamentos. Todo para comprobar la existencia de personal integrante de los ejércitos para justificar la nómina y pagos. Actualmente, las funciones de los antiguos comisarios de guerras, y entre ellas pasar la revista del comisario, las desempeñan los miembros del Cuerpo Militar de Intervención de la Defensa. En 1543, el capitán Tarifa y sus oficiales plantaron en la misma plaza del Mercado Chico su banderín de enganche como se hizo este sábado para reclutar soldados en la ciudad y pueblos de la tierra con el fin de formar una compañía, instruirla e ir a luchar más allá de las fronteras de Castilla. Ahora llegó el momento de recordar esos momentos desde esa misma tierra.

El acto estuvo organizado por el Archivo General Militar de Ávila, a través de su museo del Cuerpo de Intendencia, la Asociación de Amigos del Museo del Cuerpo de Intendencia, Asociación de Amigos del Museo de Valencia, Asociación de Amigos del Museo de Burgos, Asociación del Regimiento de Voluntarios de Madrid 1808-1814, Grupo de recreación histórica del Tercio Compañía de Cristóbal de Mondragón y de Mercado de Medina del Campo, y grupo folclórico regional Avento.