Las elevadas temperaturas registradas a comienzos de año en Ávila, especialmente al sur de la provincia, ha propiciado, entre otras cosas, el adelanto de las plagas de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), un pequeño insecto con un impacto devastador sobre los árboles que colonizan y que además pueden generar fuertes reacciones alérgicas tanto en personas como en animales.
Este proceso, protagonizado por múltiples y nutridos grupos de orugas que procesionan desde los bolsones de las copas de los pinos hasta el suelo, donde realizan la pupa, antes se localizaba entre los meses de marzo y junio, pero debido al cambio climático viene adelantándose sistemáticamente en los últimos años y este año viene registrándose desde el mes de enero y puede verse estos días en numerosos pinares de la provincia e incluso de la capital.
Explican desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla yLeón en Ávila que la procesionaria es una especie defoliadora endémica de nuestros montes que forma parte del ecosistema y considerada como una plaga secundaria que no mata el árbol. Es una plaga invernal, es decir, que defolia las acículas de los pinos en invierno. A medida que pasa el invierno la oruga, debido a su desarrollo larvario, se hace más grande y, por tanto, cada vez más visible hasta que llega la primavera, que baja del árbol para enterrarse haciendo su característica procesión, de ahí el nombre.
Los factores principales que regulan la población de procesionaria son el clima, el alimento y los enemigos naturales como son sus depredadores naturales y patógenos, afectando todos ellos a su dinámica cíclica. Por tanto, si estos factores les son favorables como, por ejemplo, temperaturas más cálidas en invierno y/o la disminución de patógenos, incrementará su nivel poblacional. En años que haya menos disponibilidad de alimento y/o más frío, será menor su incidencia, de ahí su comportamiento cíclico.
Respecto a los tratamientos, aclaran desde el Servicio Territorial que los aéreos están prohibidos, salvo en casos excepcionales debidamente justificados y por razones de emergencia, y siempre y cuando los productos y plazos estén autorizados por el Ministerio.
En este contexto, y según investigaciones científicas, las medidas paliativas por fumigación se reducen al máximo, ya que no se muestran tan efectivas frente a la dinámica de la mariposa además de ser menos adecuadas en un marco ecológico por su efecto negativo en otras especies de insectos que forman parte del ecosistema.
Por ello, en determinadas situaciones es importante reforzar las poblaciones de aves insectívoras, ya que juegan un papel crucial para estabilizar las poblaciones de procesionaria.
En esta línea de trabajo, el Servicio Territorial de Medio Ambiente de Ávila ha hecho entrega a Ayuntamientos o colocado cajas nido en Montes de Utilidad Pública para que nidifiquen estas aves y se alimenten de la oruga de la procesionaria y ayuden a controlar los niveles de población de forma biológica. Estas zonas principalmente son áreas recreativas, masas afectadas próximas a zonas urbanas, repoblaciones jóvenes y montes con pocas oquedades para la nidificación de aves insectívoras, predadoras de estas orugas.
Además, todos los años realiza la revisión de los Montes de Utilidad Pública para ver si presentan procesionaria o no y cuáles son sus niveles. Desde principios de año se está llevando a cabo dicha revisión.