125 años de historia, 125 años al servicio de Ávila, en resumen, 125 años de compromiso con la sociedad ha sido el aval imprescindible para que coincidiendo con esta conmemoración la Corporación Municipal, esto es, todos los partidos que forman parte de esta, representantes del sentir de la ciudad, de forma unánime hayan ido dando los pasos para que esta cabecera sea merecedora de la máxima distinción de la ciudad de Ávila, la Medalla de Oro. Propuesta a la que se han adherido cientos de personas e instituciones para los que solo tengo una palabra: Gracias.
Es un honor dirigir Diario de Ávila, pero no puedo olvidar que otros muchos lo hicieron antes, y que todos ellos, con sus aciertos (posiblemente muchos más que los míos) y con sus errores (posiblemente muchos menos que los míos) han mantenido a esta cabecera al servicio de Ávila, principio fundacional inquebrantable.Ellos fueron capitanes de un barco, que no hubiera conseguido logros sin el compromiso de todos los que de una u otra manera han formado parte de este periódico, y en particular hoy quiero recordar todos los trabajadores con los que comparto el día a díay aquellos que forman parte en Ávila del grupo de comunicación Promecal en el que se integra Diario de Ávila, y que con el uso de sinergias encontramos nuestra hoja de ruta para seguir prosperando y ser más útiles a los abulenses.
La primera distinción fue la Medalla de Oro de la Provincia, aprobada en 1964, pero que por diferentes motivos hasta 1970 no se pudo recoger. En 2007, la Medalla de Oro de las Cortes, con otros periódicos centenarios de la región, y nuestros hermanos Diario de Burgos y Diario Palentino (por cierto, cabeceras ambas en las que he tenido el placer de trabajar, y de conocer a grandes profesionales). Y ahora llega la Medalla de Oro de la Ciudad.
Repasando la hemeroteca de Diario de Ávila, si alguien ha creído en esta tierra como lugar de oportunidades ha sido el propio periódico, que se ha convertido en abanderado de las causas necesarias. Y aunque ahora, cuando todo va tan rápido, pueda parecernos que es una continua pérdida de trenes, Ávila, tanto la ciudad como la provincia, es una tierra rica de posibilidades que los abulenses nos debemos creer como los primeros defensores.
Y es razonable pensar que en la creencia en nosotros mismos, y en la unidad de acción tantas veces requerida por esta cabecera, están las llaves que permitan abrir la puerta del futuro que tanto ansiamos. Seguimos esperando, además, ese golpe de suerte, que suponga un punto de inflexión, y llegará, pero mientras tanto, al menos creamos y vayamos todos juntos hacia donde deseemos.