Se llama Gabriela Angélica y acaba de nacer. Sus padres, Gabriel Moreno y Laura Alonso, se muestran felices con su bebé en los brazos. Hasta aquí, todo normal, dentro de lo que de milagroso tiene ya la concepción de la vida. Pero si explicamos que Gabriela Angélica es el primer bebé que nace en el barrio de Arriba de Pradosegar tras 38 años, la cosa empieza a tomar mayor interés. En este barrio «solo vivimos tres familias en invierno», asegura Gabriel, con un brillo especial en los ojos. Este salmantino, que ha vivido en Madrid hasta que llegó a Pradosegare hace tres años, ha decidido asentarse en este pueblo del Valle Amblés y formar aquí su familia. Esta niña es el primer hijo de la pareja y casi de todos los vecinos del barrio en el que viven. Gabriel, de 37 años de edad, es cerrajero artesano y ahora se encuentra en paro, aunque «he hablado con una empresa para ver la posibilidad de poder empezar a trabajar en Solosancho». Su esposa se puso de parto un martes. Se trasladaron a Muñana y de Muñana fue trasladada en UVI móvil hasta el hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila. El parto fue largo y complicado pero, felizmente, la mamá y su pequeña hija están bien. «Estamos completamente instalados. Hemos encontrado en ese pequeño rincón de Ávila un lugar privilegiado para vivir», afirma Gabriel, unas palabras que suscribe su esposa desde la cama del hospital y mientras acaricia la cabecita de la pequeña Gabriela. Viven en una casa alquilada «y somos un producto de la crisis que te va empujando a donde te dejan vivir» sostiene Gabriel Moreno. Su mujer, su pequeña y sus perros y gatos contribuyen a mantener el presente rural y ha plantearse un futuro en los pueblos. La alcaldesa del pueblo Rosario Barroso, se muestra muy contenta con este nacimiento. «La pervivencia de los pueblos está en los niños», afirma. Pradosegar está dividido en tres barrios. El de Arriba, el más deshabitado, se halla a un kilómetro del de abajo, el más poblado. «No cerraron la escuela por falta de niños», explica la regidora de Pradosegar, y «aunque ahora tenemos 12 menores en edad escolar no nos quieren abrir la escuela otra vez». Por esta razón, los escolares de este municipio acuden en transporte escolar hasta Muñana o Ávila. «La gente está volviendo a los pueblos», añade Rosario, quien asegura que en un solo día ha llegado a empadronar a 10 personas».
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