Seguimos dando pasos para volver a la normalidad, una normalidad que a veces no es buena en el sentido en el que bajamos la guardia. Hablamos de esas salidas al campo, de disfrutar de la naturaleza y de tener menos cuidados y miramientos que cuando salíamos en pandemia. En ocasiones ese salir a la naturaleza implica convivir con ciertos seres vivos como las garrapatas que buscan huesped y ahí ha llegado esa normalidad puesto que sólo el año pasado, en 2023 el ServicioTerritorial de Sanidad envió para su análisis nada menos que 502 garrapatas al laboratorio de referencia que está en Salamanca. Son muchas y además cuando se las ha analizado tanto para saber qué tipo de garrapata era como para ver si tenía microorganismos patógenos, un total de 80 han salido positivas en patógenos.Por suerte (entre comillas) son sólo 'rickettsiosis' las enfermedades que transmitirían esas garrapatas que en general no cursan con gravedad.
De hecho en todo 2023 no ha habido hospitalizaciones por este motivo pero sí se han recogido más de medio millar de muestras.
Hablamos de que esas rikettsias cursan por ejemplo con problemas tipo enfermedades de la piel o alergias y rara vez van a más.
Además la mayoría de las muestras que llegan a los centros de salud son porque la propia persona que ha sido picada se retira él mismo al animal de la piel.Aconseja el jefe territorial, Luis González Maroto, que se saquen con pinzas largas, tirando hacia arriba y desinfectando la zona con agua y jabón.Son mayoría los que se las retiran en casa pero también hay un buen porcentaje que acude al centro de salud. Allí se quedan con la muestra y la remiten a Salamanca.
Destacaba González Maroto que el centro de salud Ávila es el que más garrapatas ha recogido para su estudio. Se acerca a la centena, 92 concretamente. Es algo lógico teniendo en cuenta que allí se reciben pacientes de los pueblos de alrededor de la capital y que es precisamente en las zonas abiertas, de campo en las que viven esas garrapatas.
Tras el de Ávila, el de Arenas de San Pedro recogió 68 ejemplares y Mombeltrán, 67. Con el mismo número, Candeleda y El Barco de Ávila que remitieron para su estudio 55 cada uno.
Explicaba también el responsable sanitario que el hecho de que en esta ocasión no hayan dado problemas es porque las infecciones se transmiten después de horas con la garrapata enganchada a nuestro cuerpo y lógicamente si nos hemos dado cuenta pronto y nos la hemos retirado o nos la han quitado en el centro de salud no se produce la infección. En ninguno de los casos registrados ha habido graves problemas este año.Cierto es que en alguna ocasión sí ha habido en Ávila casos de infección por garrapatas transmisoras del Crimea Congo que ha sido mortal en ocasiones, dada su gravedad.
Lo normal en estas rikettsias es que en el caso de infección, la lesión fundamental es una vasculitis que en ocasiones cursa con fiebre y exantema, así como en una lesión típica debida a la picadura del insecto, además de otras manifestaciones generales.
En general el periodo más activo es «desde junio (cuando su presencia es mayor) hasta la penúltima semana de octubre». Además de coincidiendo con el tiempo propio de verano y de otoño pues lógicamente salimos más al campo y estamos más expuestos.
Es fundamental inspeccionarse el cuerpo cuando hemos salido al campo por si acaso volviéramos con alguna garrapata enganchada. En caso de ser así lo dicho: o nos la quitamos usando las pinzas y desinfectando o acudimos al centro de salud para que lo hagan los sanitarios.Cuanto antes, mejor pues como explicábamos en caso de ser portadoras de patógeno tardan horas en infectar al nuevo huesped.
Recordaba González Maroto que sólo el 16% dieron positivo, también es cierto que hay algún porcentaje de las muestras que no es definitivo ya fuere porque la muestra no llega en correcto estado o porque no se ha podido dilucidar con exactitud el patógeno en cuestión.