El medio rural de Ávila recibe 77 familias desde 2018

Sergio Jiménez
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Casi 200 personas, incluidos 69 menores, se han instalado en la comarca Barco-Piedrahíta-Alto Gredos en los últimos seis años gracias a la iniciativa 'Volver la Pueblo' de Coceder

El medio rural de Ávila recibe 77 familias desde 2018 - Foto: Isabel García

La historia del ser humano se puede explicar desde el punto de vista de las migraciones, bien forzosas o bien voluntarias. En el primer caso, los motivos pueden ser muy variados: conflictos armados, exilios, hambrunas, enfermedades, falta de trabajo,… Esta última cuestión es el origen de los movimientos migratorios que han marcado los últimos 150 años, al menos en lo que a Europa se refiere. La Revolución Industrial provocó un éxodo masivo de familias del campo a la ciudad en la segunda mitad del siglo XIX en busca de trabajo (en España, este proceso llegó más tarde, tras el final de la Guerra Civil). Una tendencia que continúa presente, aunque parece que con menos intensidad. Y es que los agobios de las grandes ciudades y la pandemia del Covid están provocando un aún ligero cambio en las reglas del juego y cada vez más gente apuesta por regresar a los orígenes: al medio rural.

Según datos de la ONG Coceder (Confederación de Centros de Desarrollo Rural), más de 400 familias (408 concretamente) se han asentado en el medio rural desde 2018, a fecha de 30 de junio de 2024, gracias a su iniciativa 'Volver al Pueblo'. Esta cifra se reparte entre un total de 887 personas (494 mujeres y 393 hombres), 245 de ellas menores de edad. Una estadística muy esperanzadora para acabar con el estigma de la España Vaciada en un futuro próximo. Una de las zonas más despobladas de Castilla y León es la comarca Barco-Piedrahíta-Alto Gredos, donde se ubica el Centro de Desarrollo Rural (CDR) Almanzor, el único de este tipo en la provincia de Ávila. Una zona en la que, gracias a esta iniciativa, ha aumentado su población en 77 familias en los últimos seis años, la que más de todo el territorio de la comunidad, y de las top de España junto a Asturias y Ourense.  

Son 188 personas que tratan de dar un impulso al Valle del Corneja y la Sierra de Gredos, una de las zonas más bonitas de Ávila, pero también de las más maltratadas (proyectos mineros a cielo abierto) y deshabitadas. Son 110 mujeres, 78 hombres y 69 menores procedentes de diferentes regiones de España (principalmente Madrid, Cataluña, País Vasco y otras provincias de Castilla y León) y del extranjero (Francia y Sudamérica, especialmente) que han apostado por comenzar una nueva vida en un pueblo, alejados del bullicio y el ruido de las grandes urbes. Ahí es donde entra en juego la labor de los CDR, cuyos trabajadores actúan como intermediarios entre los 'repobladores' y los ayuntamientos locales. «Nosotros utilizamos todos los recursos con los que cuenta el centro para facilitar el asentamiento de las nuevas familias. Les ayudamos en trámites básicos como búsqueda de casa, el empadronamiento, la escolarización de los hijos, las tarjetas sanitarias o les buscamos ofertas de trabajo. Es un programa integral para su adaptación», explica Patricia, empleada del centro, cuya sede se encuentra en El Barco de Ávila.

La gráfica demuestra el cambio de tendencia que parece apreciarse. En 2018, año de inicio del proyecto 'Volver al Pueblo', solo cuatro familias se acogieron a él; y los tres años siguientes el cifra se estabilizó en torno a las 30 familias (21 en 2019, 31 en 2020 y 28 en 2021). Pero, en los dos últimos periodos anuales, los datos se han disparado hacia números muy significativos: 124 familias en 2022 y 141 el año pasado (en lo que va de 2024 ya son 58 núcleos familiares los que se han marchado a vivir al campo). El perfil de los 'repobladores' obedece a muchos factores, desde gente que quiere recuperar sus raíces y se puede permitir vivir en un pueblo gracias a la posibilidad del teletrabajo a otras personas que buscan más calidad de vida cerca de la naturaleza. Su decisión ha tenido un impacto casi inmediato: se han reabierto más de 50 viviendas que permanecían cerradas, se ha evitado el cierre de colegios y se ha producido la reapertura de rutas de transporte, además de cubrirse más de 150 ofertas de empleo, muchas basadas en el emprendimiento.

La pandemia del Covid ya animó a muchas personas a acercarse a la naturaleza. Los largos meses del confinamiento, con tantos días sin poder salir de casa, provocaron un aumento de compras de segundas viviendas en pequeñas localidades (en la zona del Valle del Tiétar, muchos madrileños se lanzaron en masa a por ellas). Ahora, parece que se ha dado un paso más hacia la instalación definitiva de nuevas familias en el campo. Este proyecto favorece esa vuelta a la tortilla que parece estar en marcha y que está provocando que, aún muy despacio, el medio rural y la España Vaciada vuelvan a llenarse de gente, trabajo y alegría.