La Alianza UPA-COAG califica el 2023 como «un complejo año»

J.M.M.
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Las malas cosechas por la sequía, la alta incidencia de la EHE, los altos costes de producción y los precios bajos en origen han sido las notas predominantes en el campo para esta organización

La Alianza UPA-COAG califica el 2023 como «un complejo año»

Malas cosechas por la sequía, alta incidencia de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), altos costes de producción y precios bajos en origen. Esas son las notas predominantes del balance agrario anual que ha realizado la Alianza UPA-COAG, en el que resalta «el complejo año sufrido por los profesionales agrarios motivado por esas circunstancias».

La Alianza UPA-COAG resalta «la alta profesionalidad y la experiencia del sector para seguir produciendo a pesar de las durísimas condiciones de este 2023, que se suma a los problemas de campañas anteriores y que está acarreando un alto nivel de endeudamiento de las explotaciones familiares, que a duras penas salen adelante sin contar con la colaboración necesaria por parte de las administraciones para afrontar elevadísimos gastos con escasos ingresos». 

A su vez, precisan que «los costes de producción este año se han mantenido en niveles muy elevados. En Ávila y Castilla y León hemos sufrido un incremento muy apreciable en el precio de los piensos, la paja, las semillas y la maquinaria, mientras que apenas nos hemos beneficiado de las bajadas que han experimentado los precios de la energía, y se han mantenido exageradamente altos los de los fertilizantes y de los productos fitosanitarios». Yprecisan que «estos costes disparados para el sector primario de Castilla y León no han podido ser compensados ni vía producción ni vía precios, puesto que en ambos casos las circunstancias han sido muy adversas, empobreciendo las economías de las explotaciones familiares agrarias».

Tampoco dejan de lado el problema del cambio climático «del que hemos sido víctimas en primera persona en este 2023 sufriendo muchos perjuicios entre agricultores y ganaderos, a lo que hay que sumar además la compleja geopolítica internacional que ha seguido repercutiendo directamente en el sector primario de nuestra región». 

En relación al cambio climático y a las actuaciones que demandan, a su juicio, «diligencia y compromiso» está el problema del agua, que «se ha demostrado crucial una vez más en este año 2023. Del agua depende nuestra actividad, y el sustento de la sociedad. Cada vez nos falta más en la época en la que más la necesitamos, por lo que es imprescindible una buena gestión del recurso. Esta gestión incluye muchos aspectos, que nos atañen a todos. Pero es a las administraciones a las que debemos exigir planes y recursos para la creación y modernización de las infraestructuras necesarias: de regulación, de embalses, de intercomunicación de cuencas, de regeneración, y de redes de distribución».

Además, en los primeros meses del año, apuntan que «los agricultores y ganaderos de Ávila y Castilla y León han tenido que lidiar con la nueva PAC, lo que nos ha obligado a redoblar esfuerzos a  nuestra organización para explicar y asesorar con detalle sobre todas las novedades prestando un servicio técnico de primer nivel». En este sentido, afirman que «alrededor de 60.000 explotaciones agrarias de Castilla y León se han tenido que adaptar a las reformadas exigencias de la normativa europea con la entrada en vigor de las nuevas directrices agrarias y medioambientales. Por eso ahora, cuando está a punto de cumplirse el primer año de la nueva PAC, vemos que las y los agricultores y ganaderos familiares de Castilla y León, que son mayoría en esta región, nos hemos tenido que esforzar en adaptarnos a los cambios y acogernos a todos los instrumentos que conllevan novedades tales como los ecorregímenes, teniendo en cuenta las dificultades que eso comporta».

Junto con los problemas de los precios y de los costes, desde la Alianza UPA-COAG recalcan que «el exceso de burocracia y de condicionantes para el desarrollo de la actividad agraria, impuestos por las normas medioambientales, es hoy uno de los mayores problemas de las explotaciones familiares de Castilla y León». Por  eso, desde la Alianza UPA-COAG recuerdan que han reclamdo a todas las administraciones que «la sostenibilidad que nos exigen a los agricultores y ganaderos sea compatible con el derecho a una renta digna». Y añanden que «será precisamente uno de los frentes abiertos en el año 2024 que la agricultura y ganadería familiar de Ávila y Castilla y León  ocupe el lugar que se merece, puesto que deberá afrontar en condiciones el reto de alimentar a la sociedad en un contexto de cambio climático a la vez que se protege la naturaleza, se produce sosteniblemente y se lucha contra el despoblamiento».