¿Han visto a alguien circulando, es decir montado en una bicicleta, por los recientes y no dados de alta oficialmente, llamados carriles bicis, que iban a hacer una ciudad «mas amable»? Pues yo sí, una vez, un día, a un padre y su hijo, no se si por estrenarlo y habrán vuelto a repetir algún otro día; a lo mejor después de reyes, con bicis nuevas, se anima alguien mas a probar. Cada vez que veo esa obra, esos carriles vacíos, carriles que han quitado plazas de aparcamiento y paseos a las personas mayores, cruzan las calzadas de un lado a otro, pasos que ahora utilizan los peatones pensando que por ahí se puede pasar, estrecheces a la entrada de rotondas, rotondas mínimas para grandes vehículos, agua que se embalsa junto a los bordillos donde están los sumideros, con un riesgo latente para todos, donde no se pueden dejar mercancías, porque la calzada próxima a las aceras está ocupada por esos carriles, me pongo malo. Y no culpo al alcalde, aunque su euforia por ello no le perdona, ni a los técnicos que diseñaron el trazado, ni a los contratistas que realizaron la obra, los únicos que habrán ganado algo, porque el cesto se ha hecho con las mimbres que tenemos; y es que esas mimbres no dan para mas.  Avila no es una ciudad que se preste a esta moda, por supuesto moda en Avila, no en Amberes, donde llevan siglos montando en bicicleta, pero donde no faltan accidentes ni robos masivos de bicis de sus aparcamientos, que después aparecen por miles en el fondo de los canales, con trazados casi planos, cosa que no ocurre en Avila, donde ni por su orografía, ni por su clima, ni por sus calles, ni por sus rotondas, ni por sus costumbres, ni por sus gentes. Hacer esta obra «pa ná», perdón por el casticismo, e invertir unos caudales que podrían haberse dedicado a otra cosa mas beneficiosa para la ciudad, es algo de lo que habría que pedir cuentas a quienes «imponen» el para «todos café», porque si no lo admites, y lo ejecutas en tiempo, no habrá mas ayudas comunitarias, ya que parece ser que esto viene de Bruselas, donde abundan las dictaduras burocráticas que no hilan fino, pero imponen, cosa difícil para el fin que pensamos se pretende, lo entendemos, pensando en un final buenísimo para la atmosfera, para la ciudad y sus gentes, sin tener en cuenta que no todo el mundo es igual. Y pasa lo que pasa. Un gasto inútil (diccionario: que no produce provecho, servicio o beneficio) aunque alguna vez, esporádicamente, y jugándose el tipo, alguien circule en bici, eso sí, despacio, abrigado medio año, y sin paquetes o bolsas. Esto del uso de la bicicleta para ir a trabajar, o hacer algún recado o gestión, tal vez funcione en algún lugar, pero en Avila, no. ¿es que esto se ha hecho porque lo han pedido unos pocos? Aunque así fuera, pues las minorías tienen sus derechos, está en la prudencia del gobernante hacer las cosas que no fastidien a las mayorías, no por ser muchos, sino porque es mejor, y haga las inversiones donde hagan mas falta, que necesidades prioritarias hay muchas. 
En Avila no hay odio a la bicicleta, pues hay muchos amantes de ella, grupos de verdaderos ciclistas que gozan haciendo kilómetros por las carreteras, subiendo y bajando puertos; o haciendo gestiones por las calzadas y calles de la ciudad, con mas libertad. Y padres con sus niños que prefieren ir al camino verde de Urraca, o al Soto, donde son mas libres en plena naturaleza, no a jugarse el tipo por las calles estrechas y pendientes de la ciudad. Si todos respetamos las reglas ya existentes, y somos prudentes y conscientes de lo que hacemos, la bici es un vehículo mas, para aquellos que la prefieren y la usan. Pero un carril bici ¿para qué? ¿porqué? ¿para quién? ¿para cuándo? ¿por dónde? ¿es acaso una necesidad?
En mi opinión, el carril bici es inútil en Avila. Un gasto superfluo y un incordio.