En un mundo tan globalizado como el actual, los idiomas se presentan fundamentales para la comunicación. Y, de entre todos, la lengua más universal es el inglés, conocido y hablado en casi todos los rincones del planeta. En este aspecto, la abulense Beatriz Gil es toda una experta. Cursó Estudios Ingleses y Lenguas Modernas y Traducción durante su etapa universitaria. Un periodo que le llevó de Erasmus a Edimburgo que complementó, algún tiempo después, con un verano en la ciudad inglesa de Exeter. Es decir, se la podría considerar casi una inglesa nacida en Ávila. Su vínculo con Inglaterra es tan grande que este verano ha vuelto allí para residir en Saint Albans, una población a 20 minutos en tren del centro de Londres.

Beatriz ejerce allí como asistente de conversación de español en un colegio. «Soy una acompañante del profesor que le ayuda a que los estudiantes sepan más del idioma y de la cultura», comenta. El trabajo ocupa la mayor parte de su rutina diaria (acude de 8,00 a 17,00 horas, con una parada para comer), pero también tiene tiempo para empaparse (aún más) de la cultura inglesa. Su tiempo de ocio lo emplea con sus compañeras de piso paseando o yendo a tomar una pinta de cerveza, la bebida más famosa del país. Eso sí, el hecho de que en Inglaterra anochezca tan temprano, también da para hacer planes caseros. «Es otra forma de vivir y de sentir la cultura. Me gusta mucho esta forma de pasar tiempo con la gente», explica Beatriz.

Sus anteriores experiencias  en el Reino Unido y su interés por todo lo británico ayudan a que no se le haga extraño este tipo de vida. «La cultura anglosajona siempre ha estado muy presente en mi vida. Siempre he intentado sumergirme en esta cultura», confiesa. Por tanto, no le ha supuesto ningún problema adaptarse a aquel modo de vida. La clave de su gusto por el inglés es la capacidad que aporta de comunicarse con gente de tantos países y circunstancias. «Es la herramienta que necesitas para hablar con cuanta más gente posible», afirma. Además, también le atrae la manera tan particular que tienen de relacionarse con los demás y la cercanía con la gente. 

Su estancia en Saint Albans, en principio, se prolongará lo que dure el curso 2024-25 (hasta el 31 de mayo), pero esta podría ampliarse más tiempo. El problema es la tramitación ya que, desde la implantación del Brexit, las relaciones burocráticas con el resto de Europa se han entorpecido. «El problema es el visado, porque con el Brexit hay que hacer más trámites. Estoy mirando para ver si puedo alargarlo, porque estoy muy contenta», confiesa Beatriz. En el caso de que pudiera ampliar su etapa en el extranjero, quizás tendría que cambiar de cole. O quizás no. No lo sabe. El tiempo dirá.

Es evidente que a Beatriz le tira mucho la vida en Inglaterra. Tanto que incluso se plantea quedarse a vivir allí durante una etapa larga. Sin embargo, también le gusta mucho la vida española. Por lo que, en el hipotético caso de que decidiera quedarse allí, sabe que viajaría regularmente de regreso a España para visitar a su familia y a sus amigos. «Si consigo quedarme a vivir en Inglaterra o en cualquier otro país, tendría que regresar a España regularmente para vivir la vida española», adelanta. Pero ese futuro todavía está por escribir. Ahora lo que le toca es disfrutar de esta nueva experiencia inglesa y después, Dios dirá.