La Fundación Ávila presentó su II Plan Estratégico, una hoja de ruta con vigencia hasta el año 2026 que planifica los procesos de trabajo bajo el doble objetivo de consolidar el proyecto surgido del primer plan e impulsar a la propia entidad para lograr, si cabe, un mayor impacto en la sociedad abulense.

Para ello la Fundación Ávila se ha marcado tres prioridades que dejan hasta 19 objetivos cuantificables que se irán evaluando para comprobar su grado de cumplimiento, las de dar respuesta a los retos del nuevo contexto social, ampliar los ámbitos de actuación y garantizar la sostenibilidad.

El documento fue presentado este viernes por la presidenta de la Fundación Ávila, Dolores Ruiz-Ayúcar, y el director ejecutivo de la entidad, Carlos Carrera, quienes estuvieron acompañado por el vicepresidente primero, Luis Sánchez, y el secretario del Patronato, Roberto Jiménez.

Carlos Carrera detalló que este segundo Plan Estratégico, que parte del logro del primer plan 2022-2023, en el que se apostaba por «dar un nuevo giro y ser más importante para la sociedad abulense», aboga por convertir a la Fundación Ávila en una «organización líquida», lo que pasa por ser «muy flexible» y ofrecer una respuesta que se adapte al entorno de la nueva realidad. Esto implica poder «crecer y contraerse con facilidad, tomar decisiones rápidas y aprovechar el talento focalizándose en estrategias a medio plazo que permiten resultados a corto plazo».

De esta manera, y sin perder de vista los valores de cercanía y apertura, calidad y fiabilidad que siguen marcando el camino de la Fundación Ávila, el Plan Estratégico 2024-2026 pretende dar respuesta a los retos del nuevo contexto social y ampliar los ámbitos de actuación de la Fundación Ávila, siempre bajo la premisa de garantizar la sostenibilidad de la entidad.  

Reaccionar ante los cambios en el mundo laboral, crear espacios para la atención a la salud mental, aunar esfuerzos frente a la soledad no deseada y la creación y apoyo a proyectos innovadores, tecnológicos y experimentales son los objetivos concretos con los que la Fundación Ávila pretende dar respuesta a los retos del contexto social actual que afectan de forma directa a las personas.

Para ello, la organización se propone aumentar sus ámbitos de actuación fortaleciendo y aumentando la red de alianzas con la que ya cuenta y repensando las actividades que lleva a cabo para identificar oportunidades para su optimización, ampliando el foco a toda la provincia de Ávila en pos de impulsar su crecimiento económico, social y cultural.

Diversificar las fuentes de financiación y explorar las nuevas oportunidades de la economía social son dos de los retos dentro del apartado de la sostenibilidad, si bien Carlos Carrera explicó que en la actualidad la entidad está saneada y no depende de una fuente de financiación en exclusiva, al contar con apoyos empresariales (como el de CaixaBank), convenios, proyectos y otros recursos como talleres, alquileres o el complejo de Venero Claro.

Las prioridades estratégicas de la Fundación Ávila se materializan en 19 objetivos concretos entre los que destacan la creación de un Centro de Innovación Social, Formación y Empleo en el Palacio Los Serrano,  implantar un sistema de gestión basado en la Inteligencia Artificial, incrementar el número de aulas homologadas, crear un foro provincial o implementar una división de voluntariado.

Todo ello, aseguró, con la mirada puesta más que nunca en las personas, no en vano la misión de la Fundación Ávila pasa por «generar desarrollo para Ávila y provincia» para «solucionar los problemas» y para que sus vecinos «puedan vivir mejor».

Antes de abordar los nuevos retos la presidenta, Dolores Ruiz-Ayúcar, hizo balance de un primer   plan en el que «se han cumplido, yo diría con exceso, todos los objetivos marcados», algo que espera continúe en un segundo documento para el que se contado con toda la familia que forma la entidad.