Tras sus diarios, que vieron la luz reunidos en dos tomos en diciembre de 2022, y los ensayos, concentrados en otros dos libros que fueron publicados en diciembre de 2023, la Fundación Jorge Guillén ha continuado con su proyecto de publicación de la obra completa del escritor, poeta y ensayista abulense José Jiménez Lozano con el regalo de su poesía, género en el que fue un poco menos prolífico que en la narrativa y que por ese motivo ha cabido en un único tomo, aunque, eso sí, de 1.280 páginas.
Con inspirado y 'entregado' prólogo firmado por el poeta soriano Fermín Herrero, que defiende la existencia de una «singularidad» especial en la obra lírica de Jiménez Lozano –derivada fundamentalmente, explica, «de lo plural y complejo de sus lecturas y, en consecuencia, de sus compañeros espirituales, una larga parentela con la que intimó en sus libros y de qué manera–), este libro regala en ese generoso puñado de páginas la lírica intensa, racional pero también llena de emoción y sensibilidad, de un polifacético escritor que en la poesía condensaba el sentimiento que de otra forma repartía en los otros géneros literarios que con tanto éxito cultivó.
Tantas devastaciones (1992), Un fulgor tan breve (1995), El tiempo de Eurídice (1996), Pájaros (2000), Elegías menores (2002), Elogios y celebraciones (2005), Anunciaciones (2008), La estación que gusta al cuco (2010), Los retales del tiempo (2015) y Esperas y esperanzas (2023) son los títulos de los poemarios de José Jiménez Lozano aquí reunidos, una decena de títulos que, dicen los entendidos, bastaría para que este abulense fuese ya considerado un autor de renombre sin necesidad de contar con el resto de su amplia y variada obra, cuyo conjunto le hizo merecedor del Premio Cervantes.
Una evolución muy coherente, en la que la condición del ser humano es la temática central sobre la que giran el resto de asuntos que trata, sin perder nunca de vida esa perspectiva humanista y religiosa que define toda la obra del escritor de Langa y donde la búsqueda de lo intelectual no estorba a las razones del corazón, se percibe en esas tres décadas que median entre el primero y el último de los poemarios aquí reunidos, demostrando una cohesión formidable.
«tanta belleza...». «Pocas veces en nuestro idioma ha sido recogida y anotada, como en estas páginas que siguen, tanta belleza, sin inmiscuirse, sin mancillar nunca sus hondones. Una belleza, en su caso, a la vez leve y entrañada, que sencillamente oyó, congregó, porque estuvo atento a ese rumorcillo de allá dentro o de aquel silencio. Y en susurro nos transmite el soplo espiritual que la alienta, por encima de los desvaríos retóricos y del fragor alocado de la modernidad», afirma Fermín Herrero de esta obra poética, de la que añade que Jiménez Lozano demostró ser, igual que en la narrativa, «una rara avis, sin parangón con ningún contemporáneo, diríase incluso que sin relación ni cercanía con ningún poeta de nuestra historia literaria».
En todo momento, la mirada piadosa, compasiva, del autor abulense, «inclinada ante el misterio del universo, de la creación y de nuestra mísera y milagrosa condición, nos hace preguntarnos una y otra vez sobre el enigma de la existencia –y de los adentros, como a él le gustaba llamarlos–, consumida en el tiempo y, sin embargo, llamada a trascenderlo», una percepción ésta que, apunta resaltando el poso místico que en Jiménez Lozano dejaron otros dos sublimes creadores abulenses, «viene del manadero teresiano y sanjuanista, tamizada por lo mejor de la literatura universal, pues pocos lectores habrá habido de su enjundia».
Este proyecto de publicación de la obra completa de José Jiménez Lozano, que comenzó a esbozarse cuando el autor donó en el año 1997 su legado literario a la Fundación Jorge Guillén, continuará tras la publicación de sus diarios, ensayos y poesía, con la publicación de sus novelas y cuentos, así como de otros textos que puedan ser tenidos en cuenta a medida que se revise el amplio fondo archivístico conservado por el escritor.