Un brigadista de 63 años fallecido en el incendio de Losacio (Zamora), diecisiete fuegos activos y cinco provincias ardiendo sin control. Este es el balance que deja tras de si un domingo negro para Castilla y León, que vio como la ola de llamas que asolan el flanco oeste por séptimo día consecutivo no da tregua. La víctima era manguerista de la autobomba C-9.9, y su muerte se produjo a última hora de la tarde de ayer, cuando el rápido avance de las llamas le sorprendió y no pudo salvar su vida, tal y como informaron desde el Ejecutivo regional, que anunció la declaración de este lunes como día de luto oficial. Nacido en 1959 y vecino Ferreras de Abajo (Zamora), deja mujer y dos hijas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, o el líder del PSOE regional, Luis Tudanca, mandaron a través de sus redes sociales mensajes de condolencias por la muerte del trabajador del servicio antiincendios regional. «Lo más importante en un operativo son las personas. Personas que ponen en riesgo su vida. Hoy Daniel G. V., manguerista de la autobomba C-9.9, ha fallecido en acto de servicio durante la extinción del incendio de Losacio. Nunca querríamos haber dado esta noticia. Nuestro más sentido pésame», lamentaron desde la Junta de Castilla y León.
Por su parte, la UGT anunció la convocatoria de concentraciones en las delegaciones provinciales del Gobierno autonómico por la trágica pérdida del brigadista y aseguraron que no pararán hasta que la Junta «valore como debe» el trabajo de «todos los que ponen en juego su vida protegiéndonos».
Un siniestro que se produce justo el mismo día en el que hace 17 años once brigadistas perdieron la vida en el incendio de Riba de Saelices (Guadalajara). Y es que, precisamente el incendio de Losacio, de nivel dos de riesgo y originado por un rayo, es el que más preocupa actualmente ante un avance descontrolado que obligó a última hora de ayer a desalojar a los vecinos de San Martín de Tábara, Sesnández de Tábara y Ferreruela, mientras que también se procedió al corte de la línea de tren entre Valladolid y Sanabria.
Todo ello en una jornada en la que las llamas siguieron sin dar una tregua a Castilla y León tras siete días ardiendo por el flanco oeste. La Comunidad acumula diecisiete incendios activos, de los cuales cuatro son de nivel 2 de riesgo –el doble que el sábado–, siendo especialmente delicada la situación en Losacio y Cebreros (Ávila), donde la Junta ha tenido que pedir ayuda al Gobierno para que la UME ayude en las tareas de contención. Una semana dramática y que se tiñó de negro con la muerte del brigadista en la que las llamas se han visto empujadas por las temperaturas extremas y el viento, dejando un balance provisional de 12.000 hectáreas quemadas en los últimos días, una cifra que crecerá exponencialmente cuando se vayan conociendo las números de los últimos fuegos producidos ayer.
Ávila preocupa
El fuego se cebó ayer con especial virulencia con la provincia de Ávila, donde había dos incendios en nivel 2 en Cebreros y Herradón de Pinares, al que hay que sumar otro de esta categoría en Losacio (Zamora). De esta forma, y por segunda ves en tres días, la Comunidad tiene cuatro incendios de nivel dos activos de forma simultánea, dejando al operativo antiincendios regional al borde del colapso. Y es que, a medida que fue pasando la tarde de este domingo, la lucha contra el fuego se complicó sobremanera, con las llamas imponiendo su ley en la provincia de Ávila.
Primero con la reactivación de Cebreros, que obligó a movilizar medios para intentar atajar su avance. De hecho, la Junta solicitó la intervención de la UME. Unas llamas contra las que están luchando un amplio operativo que se ha encontrado con un fuego con gran «actividad y potencial».
Prácticamente al mismo tiempo se declaró otro nivel dos en Herradón de Pinares, ya que las llamas obligaron a cortar una carretera y de la vía férrea. La Junta, ante la simultaneidad de estos incendios «graves» –hay que sumar un nivel 1 en Navalonguilla y un nivel 0 en Gemuño– decidió elevaba el de Cebreros a nivel 2. En total, al cierre de esta edición, Castilla y León tenía activos 17 incendios, cuatro de ellos de nivel dos de riesgo en Losacio (Zamora), Monsagro (Salamanca), y los dos ya mencionados de Ávila, junto a otros ocho de riesgo 1.
En el foco salmantino de Monsagro, los picos de viento provocaron varias reproducciones, una de ellas en las Batuecas junto al monasterio, que el operativo desplegado ha ido controlando a pesar de que los aviones han tenido que parar unas horas por el denso humo en la zona. Además, se reabrieron las dos carreteras que se encontraban cortadas, si bien, por el momento, no se permite el regreso de los habitantes de Monsagro y Guadapero.
Por su parte, en Navafría (Segovia) la noche sirvió para que los efectivos actuaran sobre puntos calientes y su evolución ha permitido a la Junta rebajar su nivel de peligrosidad. La UME se retiró, pero se tardarán más de doce horas hasta su control. A este hay que añadir dos niveles 1 en León, en Balboa, en los Montes de Valdueza y en Paradaseca (León). También en este nivel están los incendios de , Candelario (Salamanca), y los de Figueruela de Arriba y Roelos de Sayago (Zamora).