La última campaña de excavaciones realizada en el castro vettón de Ulaca para conocer a fondo los secretos que esconde su Torreón, iniciada el pasado 23 de junio y que hoy llega a su fin de la mano del proyecto Ulaca –que implica a la Universidad Complutense de Madrid con su catedrático de Prehistoria Jesús Álvarez Sanchís a la cabeza, a la Diputación Provincial, que aporta 30.000 euros, y al Ayuntamiento de Solosancho–, ha deparado nueva y muy interesante información sobre esa construcción singular de la Edad del Hierro que permite avanzar en su conocimiento y que, como suele ocurrir en este campo del saber, al mismo tiempo que ofrece datos nuevos también plantea nuevas y apasionantes dudas.
El propio Álvarez Sanchís, acompañado por el vicepresidente primero de la Diputación y alcalde de Solosancho, Jesús Martín, y por el diputado de Cultura, Javier González, ofreció ayer lo básico de esa nueva información obtenida después de tres semanas de intenso trabajo, que González manifestó que «ha sido realizado por los mejores y dando oportunidades a los jóvenes».
Afirmó Álvarez Sanchís que el castro de Ulaca es un castro «singular y fantástico si se compara con otros yacimientos de Europa, y el Torreón es una construcción excepcional dentro de él», un edificio del que aunque se están conociendo muy interesantes datos «aún tenemos la duda de saber cuál pudo ser su función o su significado, ritual, político o religioso», aunque no es descartable que tuviese algo de las tres.
Algo que parece evidente es que esta construcción, que «no tiene parangón con ninguna otra por sus dimensiones, que se cree que tuvo entre 8 y 10 metros de altura», bien pudo funcionar «como atalaya que por su ubicación bien pudo serlo tanto para el poblado como para todo el valle».
lectura simbólica. En esta campaña se ha descubierto, como notable e inesperado dato, que el Torreón «tiene una estructura interna compleja, no vacía sino dividida en tres recintos con una geometría interior estudiada», y con la ya mencionada «cierta orientación astronómica hacia el ocaso solar» que invita a realizar «una lectura simbólica». Su tamaño, su altura y su posición estratégica en una zona llana del castro con agua y pastos da a los arqueólogos «argumentos suficientes para otorgar al Torreón un importante papel político y ceremonial».
Muy interesante ha sido asimismo el hallazgo de varios recipientes de barro, y especialmente de cuentas de vidrio que «fueron producidas, todas ellas, en talleres del próximo Oriente, no sabemos si en Siria, Israel o Chipre, aunque sí conocemos que una de ellas llegó de Egipto», lo cual evidencia la existencia de un «un importante comercio que llega hasta aquí y que demuestra el carácter excepcional y privilegiado que tuvo este edificio».
Con todos los bloques que formaban el torreón ya retirados y/o recolocados, el tiempo necesario para vaciar todo su interior y atisbar con mayor precisión cuál fue su función lo estimó el catedrático de la Complutense en «al menos una campaña más», tras la cual podrían realizarse otras excavaciones «aunque determinar la línea de futuro es complicado en un yacimiento tan inmenso como es Ulaca, y en el cual hay estructuras complejas».
La excavación de la necrópolis, de la que se conoce muy poco, podría ser un objetivo de futuro, consciente el mundo de la arqueología de que «sería una zona de excepcional valor» a la hora de ofrecer datos sobre el asentamiento, «porque nos daría una información muy explícita de la sociología de la población».
Con estos nuevos datos conocidos del Torreón, acabó manifestando Álvarez Sanchís, puede afirmarse que, comparándolo con las otras dos 'joyas de la corona' del castro, el altar de los sacrificios y la sauna, «son estructuras que acogían funciones diferentes pero igualmente importantes, y las tres son igual de excepcionales: el altar, la religiosa; la sauna, la ceremonial, y el torreón, la política».
Jesús Martín, especialmente implicado con este proyecto por desarrollarse en su municipio, agradeció a la Diputación «su implicación con este castro, el más importante del occidente europeo» y a los responsables de la excavación y a sus voluntarios «el ser los héroes de un proyecto en el que trabajan largas y duras jornadas», recordando la importancia de llevar a cabo acciones de este tipo «porque sirven para promocionar, divulgar y poner en valor» un yacimiento «excepcional».