El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afrontará la negociación de su plan de regeneración, que pretende dar transparencia a la información veraz y frenar los bulos, con grandes reservas de sus socios de investidura, que ven las medidas propuestas como un "maquillaje" que llega tarde.
"Llegan tarde", "no son estructurales ni profundas", "son una trampa", "son papel mojado", inciden muchos de los portavoces parlamentarios de la izquierda que apoyaron la investidura de Sánchez y que ven que las propuestas que deben ser negociadas son insuficientes.
Mientras, Junts se ha desmarcado del Gobierno porque no quiere formar parte "de una España que les niega como nación y niega derechos fundamentales", ERC apoya cerrar "el grifo del dinero público" a los pseudomedios, PNV recuerda que también está pendiente la ley de secretos e insiste en abordar el "aspecto ético" y hacer algo similar con las redes sociales.
"Ni limosnas, ni parches", le avisa el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, a Sánchez, mientras que la dirigente parlamentaria de EH Bildu Mertxe Aizpurúa cree que la propuesta traída "de momento" ni es estructural ni es profunda, aunque "no suena mal" y afirma que la analizarán en los próximos días.
Sánchez está abierto a sugerencias y ha anunciado que las reuniones con los grupos parlamentarios empezarán en los próximos días. Para ello se ha creado una comisión liderada por los ministros de la Presidencia, Félix Bolaños, y de Cultura, Ernest Urtasun, que negociarán con los partidos.
Fuentes del Ejecutivo han señalado que se reunirán con todos los partidos menos con Vox y que las reuniones empezarán en breve y según la agenda disponible de cada fuerza. Las medidas serán tramitadas probablemente como un proyecto de ley, desvelan.
De momento, durante el debate del pleno, Sánchez solo ha encontrado el apoyo de Sumar, su socio de coalición, ya que también Podemos y BNG han desconfiado de una batería de medidas "trampa" que pueden quedar en una "reformita" sin abordar lo que consideran importante como la derogación completa de la ley mordaza.
Algunos de los aliados parlamentarios también han criticado que Sánchez llegue con su plan de regeneración cuando los "bulos" le afectan a su familia o a su partido y le recuerdan el espionaje a políticos que han sufrido hace meses y el 'lawfare judicial'.
La mayoría le ha afeado su último pacto con el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que según ERC y Junts, es "uno de los principales actores de la maquinaria del fango".
Las reservas al plan de regeneración de la democracia propuesto por Sánchez, que ha reconocido que "no es perfecta", también han llegado de CC que ha preguntado a Sánchez "¿dónde está la regeneración democrática?" cuando se ponen problemas a los inmigrantes menores no acompañados.
Podemos ha sido el más crítico al lamentar que entre las medidas propuestas "no se toque la estructura de propiedad de los medios de comunicación para que los fondos buitre y grandes empresas" no puedan controlarlos.
Desde Moncloa se incide en que lo pactado entre PSOE y Sumar se ciñe a revisar los delitos de injurias y calumnias y no tanto en derogaciones relacionadas con las instituciones del Estado y recuerdan que la ley mordaza la retomarán en el punto en el que se quedó la legislatura pasada.
Durante el pleno, que se ha prolongado seis horas y media, los socios de Sánchez han reivindicado más intervencionismo en sectores estratégicos y medidas de calado vinculadas a los impuestos a los ricos al tiempo que el presidente les ha pedido seguir apoyando un gobierno de coalición progresista con la aprobación de los Presupuestos de 2025.