Cómo trabajar la felicidad

María Jesús Álava
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El bienestar emocional es esencial para alcanzar ese estado de placidez tan emocionante como personal en cada individuo

Cómo trabajar la felicidad

Acabamos de empezar un nuevo año y muchas personas se proponen nuevos objetivos, aunque son conscientes de que la mayoría de esos buenos propósitos se irán quedando por el camino.

Pero ¿podemos aprender a ser felices? ¿Podemos trabajar la felicidad y conseguir ese estado de bienestar que deseamos?

¿Existe una definición universal de la felicidad?

No existe una definición universal de felicidad, es más, la felicidad es diferente para cada persona, pues se refiere a una emoción única e intransferible. 

Hoy parece que muchas personas no han aprendido a vivir de manera positiva y les resulta más complicado sentirse felices, si es que entendemos que la felicidad es ese estado de bienestar, de equilibrio y de satisfacción con nosotros mismos y con lo que nos rodea. 

Tengamos claro que la felicidad hay que trabajarla, hay que sentirla, disfrutarla... y recuperarla, cuando la perdemos.

¿El bienestar emocional nos acerca a la felicidad?

Silvia Álava es una gran experta en esta materia, y en su libro Por qué no soy feliz nos comenta que no busquemos la felicidad constante, que es imposible, pero que sí conviene trabajar nuestro bienestar emocional.

El bienestar emocional es el pilar en que se asienta la felicidad. Silvia nos insiste en que la vida no siempre es de color de rosa y que, de la misma forma en que en nuestro interior sentimos todas las emociones –las agradables y las desagradables–, una de nuestras misiones será no asustarnos y aprender a reconocerlas, para poder aceptarlas y manejarlas.

¿La clave de la felicidad es el pensamiento positivo?

Generar pensamientos positivos es importante para nuestro bienestar, pero no caigamos en la ingenuidad de pensar que con buena voluntad, y con dosis extras de esfuerzo, podemos conseguir todo lo que nos propongamos.

La psique humana no es tan simple y aunque el esfuerzo y la buena voluntad nos podrán ser de gran ayuda, por sí solas no son garantía de éxito.

En nuestro día a día habrá momentos de equilibrio emocional, de alegría y de bienestar, pero también dejaremos espacio para el dolor y la tristeza, el miedo, el enfado… porque todas esas emociones forman parte de la vida, y lo que queremos es aprender a manejarlas. No tiene sentido pretender que desaparezcan, como tampoco lo tiene dejar que las cosas desagradables nos condicionen en el día a día.

Claves que nos ayudarán a lograr nuestro equilibrio emocional:

• Conócete en profundidad. Tan importante como conocer tus virtudes es conocer tus áreas de mejora; de esta forma, podrás ajustar tus expectativas.

• Actúa con realismo. Analizar tus posibilidades de forma realista te ayudará a evitar disgustos y pondrás el foco en lo que sí puedes lograr.

• Respeta siempre al otro. Cada persona es libre de elegir su camino, aunque sea el equivocado. La fórmula no es presionar, es motivar.

• No persigas tanto la felicidad y disfruta de tu realidad. Disfruta de lo que ya tienes y siente cómo puedes estar en paz contigo.

• No busques nuevos retos de forma permanente. No te engañes, no es necesario alcanzar siempre nuevas metas para ser feliz.

• Vive en calma. Sentir que controlas tu vida también forma parte de tu bienestar.

• No tienes que demostrar nada a nadie. No necesitas cambiar para conseguir la aprobación de los demás. No entres en una trampa que solo te llevará a una insatisfacción permanente.

• Trabaja cada día tu flexibilidad. La vida cambia y las circunstancias también, por lo que una de las variables que más te van a ayudar a conseguir el bienestar emocional es la flexibilidad. Mejorar tu flexibilidad puede ser un gran objetivo para este año que acaba de empezar.

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