En el portal de mi casa,
hay vecinos y vecinas:
unos vienen de Marruecos,
otros de la Conchinchina.
A todos, el Niñodiós
trátalos de maravilla.
En el portal de mi casa,
ha nacido otra vecina,
que unos dicen extranjera,
y otros la llaman morita.
El Niñodiós enterado
le ha dado la bienvenida.
En el portal de mi casa,
también duerme una "viudita":
su marido "Sinpapeles"
trabaja siempre a escondidas.
El Niñodiós afligido
lo remedia con su firma.
En el portal de mi casa,
habita una Babel contrita
que recuerda su llegada
y teme por su salida.
El Niñodiós inocente
a todos remediaría.
Ande, ande, ande,
pare, pare, pare.
En el portal de mi casa,
ya se oyen castañuelas
que acuden con sus redobles
al grito de las pateras.
Ale, ale, ale,
so, so, so.
El Niñodiós en la cueva,
me dicen que ya nació.