Pablo Serrano

CARTA DEL DIRECTOR

Pablo Serrano


Los experimentos en internet, mejor con gaseosa

29/10/2023

Cuando esto de internet comenzaba, muchas páginas web incluían un contador de visitas. Era una manera de mostrar más o menos músculo al visitante. A modo de cuentakilómetros de coche, era un método habitual para demostrar la capacidad de influencia, y todo era tan razonable a principios de los 90 hasta que enseguida se descubrió que aquellos contadores eran fácilmente manipulables.
Treinta años después, en tan poco tiempo, esto de internet ha cambiado la manera de ver al mundo. Cualquiera le explica ahora a un niño o adolescente que existía un mundo en el que no todo estaba al alcance de la mano, ni tan rápido.
Internet ha impulsado el ansia por comprar, hasta el punto de que el retraso de un día (o unas horas) de un envío puede elevar nuestro estrés hasta límites insospechados. A finales de los 80 pedí un libro en una librería local que tardó varios meses en llegar. Al salir de las clases de bachillerato entraba en el establecimiento a preguntar día sí y día también. Lo veo ahora con distancia, romanticismo y un sano deseo fabulso de posesión que las nuevas generaciones no podrán vivir jamás.
Esta transformación en el mercado tradicional ha anulado intermediarios o, por ser más precisos, ha creado nuevas oportunidades y ha cerrado otras. Sería difícil salir a la calle (por supuesto no excluyo Ávila) y no encontrar respuestas homogéneas a la pregunta de en qué plataformas compran en internet. Las grandes marcas han tenido que derrochar grandes esfuerzos por consolidarse en un mercado cada vez más competitivo, a la vez que se han consolidado algunos grandes almacenes virtuales o centrales de reservas mundiales. 
En este contexto, me costó ver hace diez años aquel intento de crear una central de reservas para los hoteles de Ávila que trataba de evitar pasar por la caja de estos grandes escaparates virtuales, y a pesar del bombo y platillo que se dio, cerró, como se esperaba.
Pero como el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, cuando estábamos saliendo de la pandemia, se presentó aquel 'market place' dentro de la plataforma Avilaamas que ustedes mismos podrán decir en qué se quedó. Existía una aplicación de la que había ya 6.000 descargas y que iba a aumentar considerablemente con esta tienda… y se desinfló.
Da igual, porque somos insistentes, y dentro del tan admirado Plan Territorial de Fomento surgió una plataforma agroalimentaria que, que nació envenenada, y hoy por hoy se limita a ser una tienda on line que aspira a ser un David contra Goliat en tiempos de Amazon, que es capaz de vender en un solo día más de 375 millones de productos, y que auguro se quedará por el camino. 5.000 visitas en un día. 20.000 en una semana. Apenas un mes y 33.000 visitas, dicen tener la tienda, a modo de aquellos contadores de los 90. Se trata de aparentar un músculo que nace flácido.
Entre tanto, para ello, gastamos dos millones de euros. Total, digo yo, qué más dará, si sale del bolsillo del de siempre. Ojalá me equivoque, pero...

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