El Real Ávila se despidió de la Copa del Rey con la cabeza alta, orgulloso de los suyos tras una noche en la que tuvieron en sus manos al Real Valladolid, un Primera División que nunca lo pareció y que se metió en un charco cuando Adri Carrión, uno de la 'casa', dio sentido a todo el esfuerzo y el trabajo de los encarnados con dos goles que permitieron soñar a todos. Al rescate acudióMarcos André con un doblete clave. El primero para llevar a la prórroga el partido, igualando el marcador cuando los encarnados buscaban el tercero. El segundo ya en la prórroga para despertar del sueño a los encarnados, que acusaron el esfuerzo anímico y físico realizado en una noche que en la que se acarició esa magia que tiene la Copa del Rey.Y esos minutos en los que se soñó ya fueron un regalo que supo agradecer la afición, que ofrecieron a los suyos una ovación de 'Primera'.
Homenaje a Maño. No se reservó nada Miguel de la Fuente, que recuperó a Sissé para el centro del campo. Primer once de Álvaro Rubio. Sólo repitieron Lucas Rosa y Javi Sánchez tras el descalabro ante el Atlético de Madrid que provocaron la caída de Pezzolano. Y quiso dar el primero susto de la noche el Real Ávila desde la primera jugada, con un balón largo a Mario Rivas. Aunque en fuera de juego, era una declaración de intenciones de un Real Ávila que tenía claro el plan, robar y tratar de correr. Quería otra propuesta el Real Valladolid, dominar un partido que nunca llegaron a atar.
Se tanteaban los dos equipos en los primeros minutos. Lo hacía Latasa, un tanque diseñado en 'La Fábrica' que se emparejó con Carlos Pascual, y comenzó con ganas Darwin Machis, del que se esperaba mucho y ofreció poco.
El Real Ávila se despide de la Copa en una noche de ‘Primera’ - Foto: Isabel GarcíaSi la primera carrera fue de los encarnados, el primer disparo también, aunque fuera para la estadística, porque el reverso de Toper desde fuera del área se marchó alto. Desde lejos sería Mario Rivas el siguiente en probar suerte –minuto 12– tras una nueva recuperación ante los pucelanos, que pese a los intentos de Mario Martín por mover el cuero no encontraban por dónde hacerlo. Quien encontró ese primer pase fue David Torres, que filtró a Latasa en el desmarque a la espalda de Alpha. Desde el extremo la puso al corazón del área. No llegó Meseguer y la quiso Anuar, que llegaba con fuerza en el segundo palo. Acabó en el suelo, pidió penalti pero señaló el colegiado el córner. Fue el principio del gol. Porque a balón parado, el recurso que acabaría decidiendo el partido para los vallisoletanos, abrieron la lata los de Álvaro Rubio, esa suerte que tanto rédito le dio a los encarnados el curso pasado en Tercera y que tantos disgustos les está dando este año. No despejaron de primeras y de segundas cayó el balón al segundo palo, donde David Torres esperaba sin marca entre el revuelo. Pudo romperla al primer palo pero eligió mejor. Le ofreció el pase y el gol a Latasa, que sólo tuvo que empujarla para poner el 0-1 en el marcador.
Reacción al gol. Había pedido Miguel de la Fuente a los suyos no descomponerse si las cosas no salían como se quería y le hicieron caso. Porque tras el tanto el Real Ávila no sólo no le perdió la cara al partido sino que empezó a asomarse a las inmediaciones de la portería defendida por Andre Ferreira, un polvorín para los suyos. Tuvo una buena ocasión Mario Rivas en un lanzamiento de falta desde la frontal. Zapatazo duro y centrado. No blocó André Ferreira, que la dejó suelta. El rechace no pudo cazarla Jorge Campos por centímetros.
La oportunidad para rehacerse –minuto 24– se la ofrecería el propio Andre Ferreira en un despeje terrible. Puso el balón a los pies de Jorge Campos. Combinó con Alberto Martín, que no encontró disparo y se la devolvió al '7' para lanzar el centro al área a la entrada de Tóper, que reclamó penalti cuando chocó con la defensa. Se mantenían en partido los encarnados, que encontraron en Alpha un puñal al que nadie lograban parar. Ni Chasco ni David Torres veían por donde detener al lateral, que desestabilizaba al rival con cada arrancada.
El Real Ávila se despide de la Copa en una noche de ‘Primera’ - Foto: Isabel GarcíaEspabilaron los de Álvaro Rubio ante la agitación de los encarnados. Trataron de recuperar el control, aunque sin tener claro qué buscar ante un Real Ávila que apretó el acelerador en el tramo final. Y con el público del Adolfo Suárez gritando «si se puede» era un mal despeje de Chasco el que pudo convertirse en autogol tras superar por alto al portero, aliviado cuando el cuero terminó en córner.
Adrián Carrión. Se quedaron en vestuarios Sisse y Fer Díaz. Saltaron Vitolo yAdriánCarrión y el partido dio un vuelco radical. En un abrir y cerrar el de ojos el Real Ávila se vio capaz. Todo comenzó a los pies de André Ferreira, un problema para los suyos. Ante la presión de los encarnados la regaló. Despeje a ningún sitio y recuperación de Jorge Campos para poner en marcha el mecanismo. Lo activó Mario Rivas, un delantero para todo. Avanzó y que filtró el pase al hueco a Alberto Martín. El primer intento de regate sobre Lucas Rosa no funcionó, en el segundo, sobre la línea de fondo, la puso al corazón del área pequeña, donde en el revuelo Adrián Carrión le puso más ganas que Javi Sánchez y David Torres para hacer el 1-1 y desatar las emociones en un Adolfo Suárez que se vendría arriba apenas unos minutos después con el segundo de los encarnados, el segundo en la cuenta particular de Adrián Carrión. La locura. De nuevo una desconexión en defensa de los vallisoletanos. Balón colgado por Toper al área. No hubo remate de primeras pero sí oportunidad de segundas, cuando Adrián Carrión recogía el cuero libre de marca. Saltó hacia el jugador Andre Ferreira, que rechazó el primer disparo, pero ante el segundo nada pudo hacer. El ex del Pucela remataba al fondo de la red (2-1) para desatar todas las emociones en un Adolfo Suárez volcado con los suyos.
En busca del tercero. El equipo de Álvaro Rubio estaba totalmente noqueado. No sólo era el Real Ávila el que mandaba sino el que buscaba el tercero. El Real Valladolid estaba en manos de un Segunda RFEF, que tenía el partido y a su rival donde quería, sumido en las dudas y la desesperación, como la que mostraba Álvaro Rubio , que se abría de brazos ante lo que veía de los suyos. Decidió quemar todas las naves. Ya habían entrado Cörmet y Amat y sacó al campo a Luis Pérez, Kike Pérez y Marcos André buscando un gol que acarició –minuto 67– Adrian Carrión, que volvería a rematar, esta vez desde el punto de penalti, pero en esta ocasión fuera.
Merecía el Ávila el tercero pero quien se llevó el premio del gol fue el Real Valladolid y de nuevo a balón parado, de nuevo a córner. No fue contundente el Real Ávila.Nadie pegó el patadón cuando el balón quedó suelto en el área pequeña, donde Marcos André lo rebañaba para hacer el 2-2. Un tanto clave, porque en uno de los peores momentos de los suyos le daba aire al equipo y le ofrecía la oportunidad de una prórroga donde acabarían por llevarse el premio.
Demasiado esfuerzo. Fue ganando peso el Real Valladolid con el paso de los minutos en un tiempo extra en el que empezaron a llegar a las proximidades de Álvaro, que apareció en una de las suyas cuando Latasa y Amat buscaron una contra que este último no supo definir.
Pesaba ya el partido en las piernas de los encarnados, que veían en los penaltis la oportunidad como lo fue ante el RealOviedo.Pero esta vez no se llegaría a los once metros. De nuevo Marcos André acudía al rescate de los suyos con el 2-3. Quedó vivo un balón en la frontal, donde Latasa cedió a Marcos André para cruzarla al segundo palo donde no podía llegar Álvaro. Un duro golpe anímico para los encarnados, que ya no se repusieron en una cuenta atrás del partido en el que Kike Pérez, tras un disparo que golpeó en la defensa, redondeó el marcador (2-4) y sentenció el pase para un RealValladolid que no fue mejor, que no lo mereció... Pero así es el fútbol y así es la Copa del Rey.