El sector productivo español está últimamente en boca de todos por las continuas protestas que está protagonizando en las últimas semanas contra el Gobierno y contra la nueva Política Agraria Común (PAC) que se ordena desde Europa. La situación del campo es dramática y, para tratar de buscar soluciones conjuntas, la cooperativa Cobadu, con la colaboración de la Unión Regional de Cooperativas Agrarias de Castilla y León (URCACYL), organizó ayer la V Jornada de Comercialización de producciones ganaderas de ovino y caprino en el Hotel Cuatro Postes de la capital. La actividad contó con la presencia de un centenar de ganaderos de la provincia (hay 500 asociados a Cobadu) que participaron en las cuatro ponencias del programa. Rafael Sánchez Olea, director general de la cooperativa, estuvo presente también como uno de los conferenciantes de la jornada.
José Manuel Domínguez, veterinario y responsable de ganadería de URCACYL, expuso el panorama de la ganadería ovina y caprina en Ávila. "El sector del ovino tiene poco peso específico en Ávila. Se trata de la quinta provincia de Castilla y León en cuanto al número de animales. Sin embargo, ocupa el primer puesto en cuanto a cabezas y explotaciones de caprino", explicó. Son aproximadamente 110.000 cabras las que se encuentran domesticadas en todo el territorio. Pero este dato no evita el acusado descenso de la ganadería en la provincia. Desde 2009, se ha producido una pérdida del 50% de cabezas en el sector ovino y del 17% de animales en el sector caprino. Un problema ante el que es muy difícil luchar por la falta de relevo generacional. La media de edad es de 60 años y la mano de obra es cada vez más escasa. Esta problemática se refleja, por ejemplo, en la escasez de esquiladores que, durante el periodo de pandemia, provocó que se fletara un avión desde Uruguay para traer profesionales desde allí.
A esto se une la excesiva burocracia que trae consigo la nueva PAC, que obliga a los ganaderos a "una burocracia excesiva y a una mayor exigencia medioambiental", como afirma José Manuel. Al respecto, tuvo lugar una charla impartida por Amelia Martín, veterinaria y responsable de servicios al ganadero de Cobadu. "Desde Europa están imponiendo unas medidas de control que los ganaderos y los agricultores perciben como una burocratización a la que no están acostumbrados", argumenta. La creación de un cuaderno digital de la explotación o la novedosa figura del veterinario de explotación (una especie de profesional de cabecera) son algunas de las molestias que afecta a los profesionales del sector. Eso sí, afirma Amelia que ya se habla de "retrasar y de acomodar este sistema a las circunstancias de los ganaderos", aunque todavía no se ha anunciado nada. Ambas iniciativas las ven poco viables: la primera, por la alta edad media de los ganaderos que dificulta su adaptación a las nuevas tecnologías; y la segunda, por la falta de veterinarios para las explotaciones. Pese a todo, Amelia considera que la idea de la PAC es buena para un control idóneo de la ganadería, pero la forma de abordarla es errónea. "Es necesario adecuarla a los ganaderos", afirma.
El campo vive una situación desesperada a la que es muy difícil dar solución si no existe un relevo generacional que se adapte a las exigencias que se demandan para el sector. La celebración de esta Jornada invita a reflexionar sobre ello y a anticipar remedios a los problemas del futuro.