Con un mercado tan volátil como el actual, no sólo en el ámbito inmobiliario, cabe hacer una llamada a la responsabilidad para evitar especulaciones ante decisiones económicas que pueden dejar a mucha gente por el camino.
Si nos adentramos en el campo del mercado inmobiliario como tal, y más concretamente en la provincia de Ávila, nada de lo que está sucediendo aquí es extraño a la corriente de todo el país. La construcción ha sido y sigue siendo un pilar de la economía, y cuando esta avanza razonablemente, las economías locales también lo hacen.
Sin embargo, no hay que obviar que el derecho a la vivienda, en el caso de España, está recogido en la Constitución, y por eso hay que poner en marcha mecanismos para que todo el mundo pueda tener acceso, dentro de sus posibilidades, a una vivienda digna. Visto así, cabría esperar del gobierno de la nación y de los gobiernos autonómicos que diseñaran unas líneas políticas que estuvieran al servicio de los ciudadanos en aras a facilitar la vivienda. Sin embargo, la crispación que se está viviendo en estos momentos hace imposible cualquier gesto de negociación política o pacto de Estado. Esa es la realidad para desgracia del ciudadano.
Aunque en las siguientes páginas relatamos una estadística diseñada desde un portal inmobiliario que no tiene en Ávila su único foco de actuación, sí confirma la tendencia que muchos ciudadanos dicen sentir cuando se acercan al mercado inmobiliario. Un encarecimiento de los precios, y una escasa oferta a pesar de que la construcción de nuevas promociones empieza a tirar hacia adelante.
Es cierto también que ante el encarecimiento, se ha abierto una posibilidad a la negociación de los precios que eso, un portal inmobiliario que acerca al vendedor y el comprador, no acaba registrando.
Pero no cabe la menor duda de que en Ávila la oferta está muy constreñida y que, aunque no sea competencia propia del Ayuntamiento, éste debería velar por diseñar alguna actuación para que oferta y demanda se encontraran. Sobre todo, porque si en la ciudad cada vez es más complicado generar oportunidades laborales y no hay comunicaciones fluidas con grandes centros de trabajo, y a pesar de que en otras ciudades próximas el precio sea desorbitado, Ávila no podrá competir, como sucede en las ciudades dormitorio, que desde luego no sería la mejor opción para Ávila, pero tampoco es opción de futuro no presentar una oferta inmobiliaria razonable y atractiva.
Caben cosas por hacer, y la compleja situación económica no ayuda. Pero el esfuerzo hay que llevarlo a cabo.