Hace una semana vivíamos esperanzados, un año más, el sorteo extraordinario de Navidad de la lotería Nacional. Concluyó el giro de los bombos, y nos quedamos con la misma cara de pánfilos de siempre, esa que les quedan a los que juegan mucho y que no les toca nada (que son la mayoría). Ávila vuelve a ser, una vez más, la capital de provincia que no ha repartido jamás el Gordo de Navidad. Habrá que esperar a que cambie la suerte, pero tendrá que ser el próximo 22 de diciembre, y queda un año por delante y muchas cosas por hacer hasta entonces.
Además de la probabilidad y la estadística, está el factor suerte, que hace que las cosas se decanten hacia un sitio o hacia otro. Así, como si de un conjuro de fatalidad se tratara, habrá que esperar que quede sin efecto el salero esparcido por el suelo, y venga un golpe del destino que anime a la probabilidad y a la estadística a acercar el Gordo a la capital.
Tomando como referencia otras variables, como la orografía o el número de habitantes de la capital, la estadística también aleja la posibilidad del desarrollo en Ávila de infraestructuras. Esta semana conocíamos que un nuevo AVE conectará Madrid con Lisboa a través de Toledo y de la vecina Talavera. Otro cerco más a la provincia, esta vez por la cara sur, que nos aislará aún más de las comunicaciones de este tiempo. Y mientras, podemos asistir a la pelea por el trazado, la distancia de las estaciones con las ciudades, el paisajismo... sin darse cuenta de que lo importante es que se haga.
Quienes vivimos un paso atrás en la suerte (además de la probabilidad) quizás somos más conscientes de que lo importante son otras cosas. Ávila tenía proyectado un ramal que nos conectaba con la alta velocidad, y siendo presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero, y reconociendo que quizás no fuera la mejor solución después de que el gobierno de Aznar decidiera llevar la Alta Velocidad por Segovia en vez de por Ávila, pero el BOE del 20 de enero de 2007 (está a punto de cumplirse los 17 años) dejaba sin efecto la encomienda de llevar a cabo esta infraestructura.
Después hemos mareado con hacer ramales más cortos, más rápidos, más.... vaivenes políticos interesados a los que la suerte no ha acompañado, y aquí seguimos, a hora y media de la capital en un vetusto tren, cuando el trayecto entre la capital y Málga, por ejemplo, se hace en menos de dos y media.
Habrá que esperar a que la suerte cambie, porque como queramos argumentar la necesidad vamos dados. Tú explícale al niño que gira el bombo en el sorteo de Navidad que cante tu número cuando el bombo parejo saque la bolita de los 4.000.000 de euros a la serie. Salvo el anecdotario de los últimos años, la probabilidad de coincidencia es tan remota como que en un año haya un proyecto de conexión a la Alta Velocidad.
Así, para concluir este año, además de los consabidos deseos de salud y prosperidad para el próximo 2025, deseo a Ávila y a los abulenses un golpe más de suerte en todo, a ver si así logramos cambiar tendencias.