Hace tiempo un grupo de estudiantes del Reino Unido de origen judío solicitaron por escrito al Ayuntamiento de Ávila permiso para consultar una de las 'joyas' que se conservan en el Archivo Municipal: el Decreto de Expulsión de los Judíos firmado en su día por los Reyes Católicos y datado, lógicamente, en el siglo XV, con fecha 31 de marzo de 1492. Hablamos de joya por la transcendencia histórica del documento y desde luego no tanto por la apariencia, de lo más sencilla, tanto que incluso hay gente que siente cierta decepción al verlo.
Son, sin más, «dos hojas unidas a modo de cuadernillo escritos a tres de sus caras y a lo largo de ese texto se explican los motivos de la expulsión en una escritura del lenguaje de la época y transcrito por el escribano pertinente y que se dirigió a la ciudad de Ávila, como otros ejemplares se dirigían a las otras ciudades», relataba Sonsoles Guillén, responsable del Archivo Municipal, pero su visionado por este grupo lo definía la teniente alcalde del Ayuntamiento de Ávila, Sonsoles Prieto como «un auténtico placer y un privilegio» pues además no es común poderlo visionar, sobre todo tratándose de grupos grandes y es que debe autorizarlo previamente la Junta de Gobierno Local, pues es parte del patrimonio de Ávila, del documental «ése que nos cuenta de dónde venimos y qué pasó en nuestra ciudad», continuó la teniente alcalde.
El Decreto de Expulsión de los Judíos forma parte de la «colección tan rica de documentos que custodia el archivo municipal», por cierto, en ocasiones «bastante desconocido por los propios abulenses» y «a los que nos dirigimos» para de algún modo darnos publicidad «pues tenemos documentos desde 1256 hasta nuestros días que son memoria histórica de nuestra ciudad y de nuestro propio pasado, pero también con importancia para la historia de España». No en vano de este decreto, del que en su día hubo 17 ejemplares «porque se mandó uno a cada ciudad», es el único que se conserva en España.
Pocas veces sale a la luz, pero contaba Guillén que ha formado parte en el pasado reciente de varias exposiciones para darlo a conocer a los paisanos.
A la pregunta de si es el documento escrito de más valor de cuántos custodia el archivo, explicaba Guillén que «desde el punto de vista del conocimiento de la historia de España, sí; pero claro, el valor es luego muy subjetivo porque depende de lo que necesites buscar o el dato que quieras conocer». Y es que por antigüedad no es el que está datado antes si no que el más antiguo es de 1256, y es un privilegio a la ciudad de Ávila que está hecho en pergamino y que es otro tipo de documento diferente al decreto de expulsión, que es un documento de trabajo y que está hecho en papel, casi del mismo modo que ahora por ejemplo utilizamos el Boletín Oficial del Estado. Entonces se trasladaban los escritos a las ciudades para desde allí darlos a conocer, lo leyeran en alto en las plazas para que la gente supiera de qué iban las normativas o qué ordenes se daban».De ahí la decepción que a veces produce porque la gente se espera un pergamino, o que esté miniado y claro, se encuentran con un papel. Ahora, la importancia histórica es la que es y ésa es indudable.
Tanto las visitas en grupo como cualquier tipo de reproducción del documento debe aprobarlos la Junta de Gobierno Local, algo que ocurre con este documento y otros de gran importancia que precisan autorización.
En el archivo hay parte histórica y parte administrativa y son muchos los abulenses que acuden a consultar expedientes por ejemplo para consultar los planos de su casa, para ello no hay problema. Sólo la fragilidad de un documento es la que coharta a la hora de dar una autorización, depende por tanto de la consulta. El acceso es libre y en muchas ocasiones no precisa visita sino tramitación de los trabajadores.