Si hay alguien que conoce bien los efectos nocivos del tabaco en la salud ése es Jesús Hernández. Neumólogo de profesión, el doctor Hernández ahora lucha también contra esta lacra desde su cargo como presidente delComité Técnico de la AsociaciónEspañola Contra el Cáncer (AECC) de Ávila. En su consulta pudo comprobar durante décadas el tremendo daño que a la salud causa un hábito que con el paso del tiempo ha ido evolucionando hasta llegar al consumo de cigarrillos electrónicos, del que hablamos con él, entre otras cosas, para este artículo.
«En la AECC estamos muy preocupados por el consumo de tabaco porque un 30 por ciento de todos los cánceres se producen por su consumo», pone para empezar sobre la mesa una cifra que debería llevar a la reflexión a todo el mundo. Sobre todo, a los fumadores. «Es decir, el tabaco genera uno de cada tres cánceres», da la vuelta a un dato que también habla de 16 modalidades de cánceres. «Hablamos de más de 60.000 muertes al año», pretende llamar la atención al respecto.
El doctor Hernández sabe que si bien el tabaco convencional está estudiado y regulado, no ocurre lo mismo con el cigarrillo electrónico, o los vapeadores, como también se conoce a este tipo de consumo. «Pero hay que ser conscientes de que los cigarrillos electrónicos están puestos en el mercado por las mismas compañías», recalca, «y son un forma de prolongar el negocio, intentando hacer ver que es menos dañino, pero no es cierto. Ya hay estudios clínicos que lo demuestran».
Se trata, prosigue hablando el conocido médico abulense, de un tipo de tabaco que ha calado entre el público más joven. Y eso, tiene claro, es motivo de preocupación. «Se publicita como algo inocuo, pero no hay dudas de que supone un riesgo para la salud», quiere dejar muy claro el presidente delComité Técnico de la AECC.
Los colores de sus envases, los saborizantes que incluye, el hecho de que se presente con cierta apariencia de dispositivo electrónico... «Todo está estudiado para poder calar entre la población más joven. Y ahí es donde más cigarrillos electrónicos se consumen», continúa con su argumentación.
De hecho, el doctor Hernández se refiere a un estudio europeo del año 2023 que afirma que mientras que el 83 por ciento de las personas adultas aseguran no haber tenido contacto alguno con este tipo de tabaco, el 54,6 por ciento de los jóvenes de entre 14 y 16 años ya lo ha hecho al menos una vez. «Se trata de un 10 por ciento más que dos años antes, y de un 20 por ciento más que en 2016», alerta del crecimiento exponencial del consumo de vapeadores entre la juventud.
«Y la Organización Mundial de la Salud dice que los jóvenes que usan el cigarrillo electrónico tienen casi tres veces más de posibilidades de consumir cigarrillos en un futuro». Es decir, recupera el doctor Hernández una de sus primeras ideas: los vapeadores son la 'puerta de entrada' a otro tipo de consumos. «Multiplica por tres sus riesgos de ser fumador habitual. Es de las peores circunstancias que nos podemos encontrar», se preocupa el doctor Hernández.
Y lo hace porque mientras que las instituciones luchan por alcanzar la primera generación libre de humo, este tipo de consumos camina en sentido opuesto. «Pero es de esas utopías por las que merece la pena luchar», no desfallece el neumólogo, que tiene claro que «hay que ser ambiciosos» en este sentido. «Ya hay países como Gran Bretaña que han puesto una fecha», dice.Se refiere a la prohibición para el año 2027 de que las personas nacidas en 2009 (los que cumplan 18 ese año) no puedan comprar tabaco.
«En España, la AECC habla de generación libre de humo para 2030», apunta. Y cree que podría ser posible. «Tenemos la ventaja de que hay países que van por delante de nosotros.Así que podremos ver qué ocurre», asegura sobre «una medida valiente y muy adecuada».
'hacerse mayor'. Pero hasta que llegue ese momento, lo cierto es que lo ideal sería que los jóvenes no se acercaran al tabaco a través de estos dispositivos. El objetivo es complicado, nadie lo duda, sobre todo cuando se analiza el formato del mismo y las facilidades para su consumo que ofrece a los chicos.
Se refiere en este sentido el doctor Hernández, por ejemplo, al hecho de que no sea necesario ni un encendedor para consumirlo. «Los jóvenes empiezan a fumar muchas veces para 'hacerse' los mayores, así que, si además el producto se muestra como algo tecnológico...», recoge de nuevo la idea del 'gancho' que para los chicos suponen estos aparatos.
Aparatos que, apunta también Hernández, tienen un alto componente de tabaquismo pasivo para los que rodean al fumador. Un aspecto que, insiste, tampoco debe