Naciones Unidas ha alertado de que más de 800.000 personas podrían huir de Sudán a causa de los combates que estallaron a mediados de abril entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) por desavenencias en torno a la integración de estas últimas en las Fuerzas Armadas como uno de los pasos de cara a un proceso de transición democrática.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, ha indicado que el organismo, "junto con gobiernos y socios", se está preparando "ante la posibilidad de que más de 800.000 personas puedan huir de los combates en Sudán hacia los países vecinos".
"Esperamos que no llegue a eso, pero si la violencia no se detiene, veremos a más personas forzadas a huir de Sudán buscando un lugar seguro", ha señalado Grandi a través de un breve mensaje publicado en su cuenta oficial en la red social Twitter. Los combates han provocado que decenas de miles de personas huyan a Egipto, Chad, Sudán del Sur y República Centroafricana (RCA).
Las hostilidades estallaron el 15 de abril en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la integración de las RSF --lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, alias 'Hemedti', quien es además vicepresidente del Consejo Soberano de Transición-- en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición.
El proceso de conversaciones arrancó con mediación internacional después de que el jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, encabezara en octubre de 2021 un golpe de Estado que derrocó al entonces primer ministro de unidad, Abdalá Hamdok, nombrado para el cargo a raíz de los contactos entre civiles y militares después de la asonada de abril de 2019, que puso fin a 30 años de régimen de Omar Hasán al Bashir.