Las 'meigas' sonríen al Real Ávila

Alberto Sánchez
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1
Real Ávila
0
RC Deportivo Fabril
Finalizado
El equipo encarnado inaugura la segunda vuelta con una victoria reconfortante ante el RC Deportivo Fabril. Los encarnados sobreviven a una buena primera mitad de los gallegos y rentabilizan al máximo el gol de Jorge Campos

Las ‘meigas’ sonríen al Real Ávila - Foto: Gonzalo González de Vega

Real Ávila.

Álvaro de Pablo; Fer Díaz (Toper, 44'), César Llopis, Carlos Pascual, Alpha; Álex Moreno, Adilson; Alberto Martín (Deiby, 84'), Mario Rivas, Adri Carrión; Jorge Campos (Vitolo, 66').

Deportivo Fabril.

Alberto; Mardones, Pereira (Damián, 64'), Marotias, Carreira (Bill, 59'), Alfaro, Kevin (Pablo, 81'), Kike (Garrido, 64'), Iker, Fabi, Guerrero (Hugo, 81').

Árbitro.

Castell Orozco.

Mostró cartulinas amarillas a los locales Fer Díaz, Jorge Campos y ÁlexMoreno; y a los visitantes Pereira, Kevin y Marotías.

Goles.

1-0 (28')Jorge Campos.

Incidencias.

Partido correspondiente a la jornada 18º de la Segunda RFEF- Grupo 1 disputado en el Adolfo Suárez.

El Real Ávila abrió el 2025 y la segunda vuelta como lo empezó todo, con una victoria por la mínima (1-0) pero de máxima importancia ante un RCDeportivo Fabril que mereció mucho más en el Adolfo Suárez pero que, como en aquel mes de agosto en Abegondo, les miraron las 'meigas' con el ojo torcido para marcharse de vacío cuando podían haberlo hecho con el saco lleno. Un balón al palo, dos goles anulados –el segundo un tanto dudoso– y una sucesión de oportunidades en una primera parte en la que los encarnados supieron sobrevivir en lo que tan bien se manejan, el 'unocerismo'. «De estos partidos habrá muchos en esta segunda vuelta» avisa Miguel de la Fuente.Porque con el 1-0 en el marcador el Real Ávila hizo que donde antes hubo, no quedara nada. En una segunda parte plomiza desesperó a los gallegos, con el balón pero sin los espacios necesarios para poder poner en cuestión un resultado que agradeció el equipo mucho más por el qué suponía, que por el cómo se consiguió. Porque tras un mes sin ganar lo que estaba en cuestión no eran los números ni la clasificación, sino la confianza.  

Del reconocimiento y los aplausos a Manuel Pablo cuando el balón buscaba acomodo en el punto central, a las hostilidades. No tardó el Real Ávila en pedirse la primera cuando Mario Rivas probó suerte desde fuera del área bajo la atenta mirada de Mardones y Marotías. Pero quien de verdad le calentó los guantes a Alberto fue su tocayo, Alberto Martín, en latigazo de bienvenida que despejó de puños a córner con cierto temor. No se escondió el RC Deportivo Fabril, plagado de buenos peloteros pero sin colmillo. Se alió la suerte con los encarnados cuando Guerrero –minuto 7– la pegó desde dentro del área y estrellaba el balón en el palo. «Tenemos que ser decisivos en las áreas» les había pedido en la previa su entrenador. Pero en la primera perdonaban a los encarnados.

Había comenzado el partido con ánimo y ganas, porque el encuentro apenas sumaba los primeros minutos y ya se contaban varias ocasiones, como la que tuvo en sus botas Álex Moreno cuando el rechace a una falta la convertía en una volea que se marchaba alto. Se jugaba a revientacalderas. Poco dominio y mucha intensidad. Que el marcador aún reflejara un 0-0 era lo extraño. No tenía dueño y señor el balón en uno de esos partidos que generan tanto nervio entre los entrenadores como entusiasmo en la grada.

Se tomaron una pausa los equipos entre faltas y parones, entre balones perdidos y lanzamientos en largo a ninguna parte. Fue al límite Alpha –minuto 26– sobre Kike, que entre choques y encontronazos se metió en el área pensando en el futuro remate cuando el lateral le rebañó el balón por detrás. Reclamó penalti, pero no estuvo Castell Orozco por la labor. Buscaba el partido la jugada que lo rompiera todo y en esa moneda al aire salió cara para los encarnados. La robó Adilson en el centro del campo y la lanzó en largo a la carrera de Fer, que le ganó la espalda a Mardones en una de sus primeras incursiones en ataque. Y con la zurda, centro preciso hacia Jorge Campos, que corría desde hacía tiempo con el brazo en alto entre los centrales con un ojo en su compañero y otro en el límite del fuera de juego.El centro de Fer, raso y con la rosca perfecta, la empujaba con facilidad (1-0) ante la mirada de Alberto, sentenciado desde que el balón había salido de las botas del lateral encarnado.

Había que comprobar la respuesta de Deportivo Fabril. Hubiera sido la idónea de haber subido al marcador el gol de Íker, pero el '21' estaba en fuera de juego cuando Álvaro de Pablo no pudo blocar el disparo de Kike y el lateral remataba en el segundo palo al fondo de la red en clara posición de fuera de juego.  Resoplaba elReal Ávila, porque el 1-0 enardeció a los gallegos, que volverían a tener el empate en las muy cerca cuando Kevin –minuto 37– se marchó de la marca de Carlos y César Llopis en un pase al hueco y en el cara a cara ante Álvaro la mandó fuera. Por ocasiones ya habían merecido el empate unDeportivo Fabril que hacía de la movilidad y los pases a la espalda de los defensas un problema sin solución. Yse salvó de nuevo el equipo encarnado en una jugada de tiralíneas de los gallegos donde Fabi se inventó un pase entre los defensas que nadie podía imaginar. Al desmarque Kevin, que le regaló el pase de gol a Alfaro. Señaló el asistente el fuera de juego de Kevin, incrédulo. Se calló el Adolfo Suárez. Silencio cómplice para cerrar una primera parte donde los gallegos fueron mejores pero donde el premio era de los encarnados.  

Arrancó la segunda parte con el Real Ávila cediendo metros y el Deportivo Fabril tratando de meterle otro ritmo al partido pero se encontró con un problema.Allí donde antes había espacios, ya no quedaba nada.Ajustó las líneas el equipo encarnado, cerró los huecos e hizo del partido un erial de ocasiones y oportunidades.

Primero Carreira y después Kike quisieron mover a los suyos.Se incrustaron entre los centrales y pidieron el balón para trazar la jugada. Estaba bien plantado el Real Ávila, que sumió el partido en un letargo que beneficiaba a sus intereses.

Del vértigo de la primera parte, a lo plomizo de la segunda. No se contaban ocasiones para ninguno cuando el partido comenzó a entrar en ese estrecho margen donde ya no caben errores. Y no estaba dispuesto el Real Ávila a cometer ninguno. No tenía el balón el equipo encarnado, pero no le importaba. No lo necesitó parar cerrar la noche con un 1-0 con el que inaugurar el 2025 y abrir la segunda vuelta con plena confianza en sus posibilidades. No sólo las de la permanencia.